La pobreza severa creció un 49% en Canarias en 2020 y afecta ya a 373.665 personas, el 16,5% de la población total del archipiélago
La pobreza severa creció un 49% en Canarias en 2020 y afecta ya a 373.665 personas, el 16,5% de la población total del archipiélago, lo que supone un total 132.285 personas más, según datos del inicio de la pandemia (2020) recogidos por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) en el segundo informe ‘El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono’.
Con estas cifras, el archipiélago crece más de cinco puntos en un año y se posiciona como la primera comunidad autónoma con mayor porcentaje de su población en pobreza severa, por delante de Comunidad Valenciana y Asturias, con un 13,4% y un 12,2% respectivamente.
Al inicio de la pandemia, unos 4,5 millones de personas en España (el 9,5 % de la población) vivía en una situación de pobreza severa, y su perfil mayoritario se caracteriza por ser español, con un nivel educativo medio o alto, suficiente para lograr un empleo, y, además, con trabajo y con vivienda.
La Red Europea contra la Pobreza (EAPN-ES) ha presentado este viernes el informe donde se muestra «una bolsa» de extrema pobreza «muy superior» a la de la crisis de 2008 (hay un millón más de personas).
Este mapa muestra un perfil de las personas en pobreza severa «muy distinto al que se intenta imponer»: el 72 % son españoles, con un nivel educativo medio (53 %) o alto (17,9 %), con trabajo (27,5 %) y con vivienda (95,2 %).
«No se trata de personas negligentes que tratan de aprovecharse del sistema social para conseguir vivir sin trabajar. Son personas que han realizado todas aquellas acciones que la sociedad exige para tener una vida digna y adecuada a los estándares sociales», ha asegurado el autor del informe, Juan Carlos Llano.
«Queremos romper los mitos y los estereotipos que hay sobre estas personas», ha remarcado el presidente de la EAPN-ES, Carlos Susías.
Por igual en ambos sexos
La pobreza severa afecta casi por igual a ambos sexos (50,6 % mujeres y 49,4 hombres), y una de cada cuatro personas en esta situación (26 %) es menor de edad. Si a ellos se les suman las personas entre 18 y 29 años, dos de cada cinco personas del colectivo (39,9 %) son jóvenes menores de 30 años.
Además, tener hijos es un «importante» factor de riesgo: el 12 % de las personas que vive en hogares con menores está en situación de pobreza severa frente al 7,1 % de las que lo hacen sin niños.
Y el 21,5 % de las personas que viven en hogares monoparentales (la mayoría a cargo de una mujer) se encuentra en esta situación.
Según las previsiones del autor del informe, el próximo año «las tasas pueden ser muy altas» porque los datos de renta de los hogares se obtienen con un año de retraso y se incluirán en el próximo mapa, por lo que la cifra de 4,5 millones de personas en pobreza severa «es un mínimo».
Solo una de cada tres personas adultas en pobreza severa (32,8 %) está en paro, lo que, según Llano, supone que el desempleo no define la pobreza severa, sino que las personas ocupadas suponen el 31,6 % del total en pobreza severa.
En términos porcentuales, las cifras más altas se registran en Canarias, Comunidad Valenciana y Asturias (entre el 12,2 % y el 16,7 % del total de su población).
El factor pandemia
Llano ha señalado que después de año y medio de pandemia, los indicios reafirman el sesgo social de la enfermedad, tanto en lo que se refiere a las posibilidades de contagio, como a las profundas consecuencias económicas que produce entre la población más pobre.
«Su deficiente calidad de vida se ve reflejada en todos los indicadores de carencia material», ha incidido el sociólogo.
En este sentido, el informe recalca que la inmensa mayoría de personas en pobreza severa (68,3 %) viven al día y no tienen ninguna capacidad de hacer frente a este gasto inesperado; un 15,5 % no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días.
Susías ha valorado el escudo social desplegado por el Gobierno durante la pandemia, si bien ha reclamado medidas específicas para paliar esta situación como mejorar la cuantía del ingreso mínimo vital por encima del umbral de pobreza, así como su cobertura para que llegue a todas las personas que lo necesitan.
«Los efectos sociales y económicos de la pandemia van a permanecer indefinidamente, y hay que prorrogar las medidas de protección social», incide la EAPN-ES, cuya responsable de Incidencia Política y Asuntos Europeos, Graciela Malgesini, ha reclamado recursos «eficaces y generosos, servicios públicos universales y empleo de calidad» para que las personas en pobreza severa vuelvan a tener un nivel de vida digno.