Salah Abdeslam, el principal de los acusados que comparecen en el juicio por los atentados en París y Saint-Denis, declaró al comienzo de la audiencia que es «combatiente del Estado Islámico»
Víctimas y familiares de los 130 muertos, entre ellos la madre del español fallecido en la sala Bataclan de París, acudieron al Palacio de Justicia para el inicio del juicio por los atentados del 13 de noviembre de 2015.
Durante nueve meses se va a juzgar a veinte hombres acusados por su implicación en los atentados. Los acusados se enfrentan a la cadena perpetua. Una noche de horror que comenzó en Saint-Denis donde un atacante suicida activó sus explosivos cerca del Estadio de Francia, donde tenía lugar un partido amistoso de fútbol entre Francia y Alemania, con miles de personas en las grada.
A continuación, en el centro de París, dos comandos de tres hombres dispararon contra terrazas de bares y restaurantes.
El saldo del peor ataque en París desde la II Guerra Mundial fue de 130 muertos y más de 400 heridos. El primer momento importante del juicio comenzará a finales de septiembre con los testimonios de los supervivientes y allegados de las víctimas, durante cinco semanas.
Salah Abdeslam
Salah Abdeslam, el principal de los acusados que comparecen en el juicio por los atentados en París y Saint-Denis, declaró al comienzo de la audiencia que es «combatiente del Estado Islámico».
Cuando el presidente del tribunal, Jean-Louis Periès, le preguntó cuál era su profesión, el joven franco-marroquí explicó que había abandonado todo trabajo «para convertirme en combatiente del Estado Islámico».
Previamente, cuando el juez le había indicado que se levantara para dar su identidad, el único superviviente de los comandos que perpetraron los atentados señaló que antes que nada quería decir que «no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta».
Abdeslam, que tiene 31 años, fue el primero de los 14 acusados presentes en el Tribunal de lo Criminal de París (hay otros seis juzgados en rebeldía, cinco de los cuales se cree que están muertos) en ser interrogado sobre su identidad.