El condenado a 27 años agredió sexualmente de manera repetida a las dos menores entre 2011 y 2016, además con golpes, insultos y malos tratos
La Audiencia de Las Palmas ha condenado a 27 años y medio de cárcel a un hombre que agredió sexualmente de forma continuada a las dos hijas de sus pareja en Fuerteventura, desde que las niñas tenías cinco y siete años, y las sometió a un régimen golpes, insultos y malos tratos.
La sentencia considera probado que, entre 2011 y 2016, el procesado agredió sexualmente de manera repetida a las dos niñas. Además, las golpeó con violencia e insultó en numerosas ocasiones, entre otros motivos para conseguir que se prestaran a sus deseos sexuales.
«Sentimiento de terror»
El tribunal subraya que las niñas vivieron un «sentimiento de terror» que «les impedía oponerse a sus designios». Esto último ha tenido repercusiones psicológicas después para las dos menores, cuyo rendimiento académico también se vio mermado.
Además, una de las pequeñas llegó a sufrir una parálisis facial que la Audiencia atribuye a los malos tratos de su padrastro.
A través de su defensa, el procesado intentó alegar que todo eran invenciones de las niñas para «desviar la atención por sus malos tratos académicos».
La Audiencia de Las Palmas le responde que los testimonios de las menores son tan «contundentes», «coherentes» y «coincidentes». Por sí solos hubieran sido «más que suficientes para destruir la presunción de inocencia» del enjuiciado en este proceso.
Recuerda que lo ocurrido se descubrió cuando la madre de la menor ya se había separado del procesado, en 2018, y «no porque decidieran perjudicarlo o excusar sus malas notas o comportamiento en la escuela».
Descubrimiento de los hechos
«Los hechos se descubren», subraya el magistrado ponente, Nicolás Acosta, cuando «de forma espontánea (una de las menores), durante el desarrollo de unas jornadas sobre igualdad, se siente identificada con lo que allí se hablaba, rompe a llorar y finalmente les relata a unas extrañas lo que ha venido sufriendo durante años».
La Audiencia impone al procesado 14 años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual continuado contra una de las menores, nueve años de cárcel por el mismo cargo, también continuado, contra la otra niña y dos años de cárcel por cada uno de los dos delitos de maltrato habitual a sus hijastras acreditados en el juicio.