El tribunal considera probado que Ignacio C., jubilado en 2016, se quedó con más de 145.000 euros mientras estuvo al frente de la contabilidad del Recinto Ferial entre 2005 y 2016, cargo que desempeñó sin supervisión ni control ninguno
El exjefe de administración del recinto ferial de Tenerife Ignacio C. ha sido condenado a cinco años y un día de cárcel y a once de inhabilitación por falsedad documental y malversación de caudales públicos, tras el juicio con jurado celebrado en septiembre pasado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
El tribunal considera probado que Ignacio C., jubilado en 2016, se quedó con más de 145.000 euros mientras estuvo al frente de la contabilidad de esta empresa pública del Cabildo de Tenerife entre 2005 y 2016, cargo que desempeñó sin supervisión ni control ninguno.
El exjefe de administración deberá indemnizar a la Institución Ferial de Tenerife SAU con 145.304,69 euros más los intereses acumulados.
Más de 145.000 malversados
Entre 2005 y 2016 se quedó con 124.508,35 euros en efectivo de la caja del Instituto ferial que contabilizó como pagarés pendientes de cobro y vales no justificados, una salida de dinero de la caja que trató de ocultar en 2015 realizando un traspaso de saldo entre dos cuentas, relata la sentencia.
También considera probada la sentencia que el exjefe de administración se quedó con otros 11.222,1 euros del Instituto ferial que utilizó para pagar un embargo en favor de su exesposa, dinero que en vez de descontar de su nómina transfirió desde la cuenta de la institución, una salida de fondos que intentó ocultar con asientos ficticios.
Además, de acuerdo con la sentencia, el encausado se quedó con otros 9.219,71 euros de la caja para uso personal que nunca justificó ni devolvió. En otra ocasión pagó el impuesto de rodaje municipal de un quad y un turismo de su propiedad por 354,53 euros con dinero del Recinto Ferial.
El tribunal señala que entre 2005 y 2016, el encausado era el encargado de dirigir, coordinar, supervisar, controlar y ejecutar las labores de contabilización de apuntes y la presentación de las cuentas de la sociedad, informes y auditorías, así como de recepcionar y contabilizar todo el dinero en efectivo que entrase, funciones que realizaba «sin que nadie realmente controlase o supervisase el dinero que manejaba».