Declarado culpable de allanar la casa de una decoradora para reclamarle dinero en Tenerife

Las dos personas implicadas tuvieron discrepancias por una deuda pendiente

Un jurado popular consideró culpable este jueves a un hombre acusado de allanar la vivienda de una persona que se había encargado de decorar su casa, y con la que surgieron discrepancias, por lo que el procesado se negó a dejar la vivienda hasta que se le pagara la deuda.

Declarado culpable de allanar la casa de una decoradora para reclamarle dinero
Declarado culpable de allanar la casa de una decoradora para reclamarle dinero / Archivo RTVC

La condena se basa en que desde el momento en el que la mujer le instó a abandonar la oficina, situada en el garaje de su residencia, y hasta que llegó la policía, transcurrieron 20 minutos, como se pudo comprobar en un vídeo.

En este tiempo el hombre se negó a irse hasta que la denunciante le entregara el dinero por medio de un bizum, lo que ésta hizo pero al día siguiente.

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Pena mínima

Tras escuchar el veredicto las acusaciones y defensa pidieron que se impusiera la pena mínima, que es de seis meses de cárcel y se suspenda de la entrada en prisión.

El procesado deberá hacer frente a todos los gastos derivados del procedimiento con jurado, incluidas dietas, comidas y desplazamientos.

En este caso, la Fiscalía creía que era más correcto hablar de un delito de coacciones por la insistencia para cobrar, lo que hubiera evitado reunir a un jurado como se exige para los delitos de allanamiento.

El acusado conocía a la denunciante por ser la profesora de inglés de sus hijos y de su mujer después de contactar con ella al ver un anuncio en internet en el que se ofrecía a dar clases particulares.

La víctima también era decoradora de interiores, por lo que la familia comenzó a consultarle diversos aspectos dado que estaba reformando su vivienda y le encargaron un proyecto.

Detalle de los hechos

En un momento dado, la mujer dijo que no quería seguir con el encargo por motivos que se desconocen, tras lo cual el acusado acudió a su despacho situado en el garaje para que le diera explicaciones.

Una vez en la oficina ambos mantuvieron en principio una conversación cordial hasta que comenzaron a discrepar al exigirle el cliente que le devolviera el dinero de unas cortinas.

La mujer respondió que antes tenía que consultarlo con su abogado, por lo que la discusión fue subiendo de tono hasta que la denunciante exigió al procesado que abandonara el lugar.

Al negarse éste, la mujer llamó a la policía y a su letrado, quien advirtió al denunciado que estaba cometiendo un delito, mientras que el hombre optó por contactar con su mujer para que también acudiera al lugar.

La Fiscalía cree que el denunciado en ningún momento tuvo intención de invadir el domicilio de la denunciante y de hecho siempre permaneció en el garaje que servía de oficina sin acceder a otra dependencia más.

Su negativa a irse desde que la mujer se lo pidió hasta que lo hizo en presencia de la policía es lo que ha determinado su condena.

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