La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama que el Castillo de Paso Alto, en Tenerife, se declare Lugar de Memoria Democrática por su pasado como prisión franquista
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama que el Castillo de Paso Alto, en Santa Cruz de Tenerife, se declare Lugar de Memoria Democrática por su pasado como prisión franquista. Durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura franquista, este espacio funcionó como prisión. Ahora se pide recuperarlo como un espacio de memoria y dignificación de las víctimas.
Para conseguir este objetivo, la Asociación de la Memoria Histórica de Tenerife ha iniciado el procedimiento. Lo hacen en base al artículo 50.1 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática.
Historia de Paso Alto
Mercedes Pérez Schwartz, presidenta de la Asociación, recuerda que la Ley 20/2022 de Memoria Democrática trajo consigo la creación de un Inventario Estatal de Lugares de Memoria Democrática. Según expresa la norma, se trata de “espacios, inmuebles, parajes o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática”. En este sentido explica que Paso Alto fue el espacio elegido por la dictadura para alojar a algunas de las figuras más señeras de la II República, tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936.
En las celdas de Paso Alto estuvieron presos como el último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife, José Carlos Schwartz. También el Gobernador Civil, Manuel Vázquez Moro, ambos detenidos a las pocas horas del 18 de julio de 1936. El 13 de octubre fusilaron a Vázquez Moro junto a otros responsables republicanos. Arrojaron su cuerpo a la fosa común número 6 del patio 7 del Cementerio Lastenia de Santa Cruz. Por su parte, Schwartz fue desaparecido.
A lo largo de los primeros años del franquismo, Paso Alto fue un espacio usado tanto para procesos judiciales del régimen como para alojar a decenas de presos. Muchos de ellos militares o miembros de las fuerzas del orden leales a la legalidad republicana, caso de los procesados en la Causa 50 de 1936.
Incumplimiento de la Ley
Según las investigaciones de Pedro Medina Sanabria, en 1937, Paso Alto tenía empadronados a 65 presos procedentes de otros municipios. “Es una paradoja que este censo de presos estuviera firmado por Francisco La Roche, como alcalde accidental, que todavía da nombre a una de las principales vías de la capital, incumpliendo la Ley de Memoria de 2007”, señala. Indica que este espacio es uno de los pocos lugares de represión que aún perdura en la capital tinerfeña. Esto, tras la desaparición de espacios como Fyffes, el Cuartel de Caballería o la prisión provincial ubicada de forma provisional en la calle San Miguel.