El cuadro de Ramis se llevó los tres puntos tras doblegar al Valladolid en el Zorrilla. El CD Tenerife sigue invicto y con tan solo un gol en contra
La visita al José Zorrilla estaba marcada con rotulador rojo en el calendario de Luís Miguel Ramis. El cuadro pucelano acaba de descender de la categoría de oro y era sin duda uno de los cocos de la Liga Smartbank.
El equipo dirigido por Pacheta quería hacer una demostración de fuerza en su casa y comenzó apretando al CD Tenerife, empalmando llegadas una tras otra, pero fallando en la finalización.
El Tenerife abrió la lata en el minuto 11
El CD Tenerife se adelantó en el marcador en el minuto 11 con una conexión entre Enric Gallego y Shashoua, que tiró un recorte al interior de la zaga pucelana para perfilar un disparo pegado al poste izquierdo de Roberto Jiménez.
La marca no distrajo a los vallisoletanos, que tenían puesta bajo asedio el área de José Soriano. El Yamiq protagonizó una incursión peligrosa poco antes de que Roque Mesa estrellase un testarazo contra el larguero blanquiazul.
Minutos más tarde, Olaza sorprendía a Soriano con un libre directo con toda la intención que no entró en la red gracias a la yema de los dedos del cancerbero tinerfeñista.
La batuta la llevaba el Valladolid, que estaba en plena ofensiva. El Tenerife, atrincherado en su área, se limitaba a defenderse con lo que podía de las acometidas pucelanas. Pero, en su estrategia de guerra de guerrillas, los de Ramis causaban estragos en las pocas llegadas que tenían a los dominios de Roberto Jiménez.
En la segunda ocasión clara que lograban entre embate y embate del Valladolid, los blanquiazules hicieron su segunda marca. Llegó de la bota de Míchel Herrero en el 28, que definió un potente disparo desde la lejanía para estrellar el esférico en la cepa del poste, con la mala suerte para el guardameta pucelano de que este iba a rebotar directamente sobre su espalda para acabar en el fondo de la red.
El Valladolid quedó desconcertado y el José Zorrilla enmudeció, llegando al descanso con un ambiente enrarecido para los locales y su afición.
El Valladolid perdió todo su fuelle en la segunda mitad y el José Zorrilla enmudeció
Y el medio tiempo confirmó los temores. Con los gritos de guerra acallados por Herrero, el Real Valladolid se desinfló ante un CD Tenerife mucho más agresivo en el arranque de la segunda mitad.
Las jugadas fluían para los de Ramis, con sus lobos merodeando el área de Roberto Jiménez, buscando el desmarque. Y el Valladolid, atónito ante la vuelta de hoja e incapaz de inquietar al Tenerife, comenzó a embarrar el partido.
Enric Gallego y el pucelano Javi Sánchez vieron la amarilla tras una refriega en el suelo. Al equipo de Pacheta se le escapaba el encuentro y quería sacar a los canarios del partido.
Pero nada más lejos de la realidad. Apeh perdonó en un mano a mano con Jiménez sobre el 81, y poco después el cancerbero iba a experimentar una aparición divina en su área chica en una jugada en la que cuatro disparos a sangre fría del CD Tenerife no rebasaron la meta.
Dos de ellos los blocó Roberto Jiménez, mientras que la poblada defensa del Valladolid repelió los restantes.
Con su equipo herido ya de muerte, Olaza intentó recortar distancias en el 90. Un lance a balón parado pasó silbando junto a la escuadra de la portería tinerfeña, pero con su marcha se esfumaron también las oportunidades del Valladolid para anotar.
Los de Ramis consiguen así tres valiosos puntos en el bastión de los pucelanos. Cayó el Valladolid, cayó el José Zorrilla pero no lo hizo el CD Tenerife, que se mantiene invicto y, a la espera de que acabe la jornada, en puestos de ascenso.