Lluís Serra, rector de la ULPGC, asegura que el comité de expertos conformado durante la pandemia no discutió sobre la compra de mascarillas
El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y portavoz del comité de expertos durante la pandemia de covid-19, Lluís Serra, ha negado que en dicho comité se haya debatido en alguna ocasión la conveniencia de contratar a una u otra empresa para traer material sanitario: «Jamás se llevó a cabo ningún tipo de discusión ni información sobre este tipo de cosas».
En una comparecencia ante la Comisión de investigación del Parlamento de Canarias sobre la compra de material sanitario, especialmente mascarillas, Lluís Serra también ha negado que se les haya entregado a los miembros del comité documentación estatal al respecto o se haya debatido la necesidad de formalizar alguno de estos contratos a propuesta de las autoridades estatales. Tampoco que se les haya presentado para su consideración documentación y muestras del material sanitario que se proponía traer por las diferentes compañías: «En ningún momento participamos en eso».
48 reuniones del comité de expertos
Lluís Serra indicó que durante las 48 veces que se llegó a reunir el comité de expertos, la última en enero de 2022, no se trató ningún informe sobre la idoneidad del material que se traía a Canarias por las distintas empresas que se contrataban y dejó claro que el comité tampoco tenía la capacidad de decisión para rechazar que se contratara a una u otra empresa.
Serra aclaró que al comité «nunca» se le presentó documentación o informes económicos y financieros relacionados con los contratos que se iban a formalizar y en ningún caso se debatió sobre los avatares de envíos que no llegaron a Canarias, como ocurrió, por ejemplo, en el caso de la empresa RR7. «Nuestra información únicamente era por la prensa», remarcó el rector.
«Momentos de incertidumbre, miedo y desespero»
Lluís Serra afirmó que cuando fue llamado para formar parte del comité científico de la covid-19 eran «momentos de incertidumbre, miedo y desespero» y aseguró que, aunque no dudo en aceptar esta tarea, que se anticipaba «compleja y arriesgada», lo hizo «por compromiso y responsabilidad», a sabiendas de que estaba saliendo «una vez más» de su zona de confort y renunciando a tiempo con su familia y con los proyectos de investigación.
Serra quiso recordar que este comité se constituyó el 25 de marzo de 2020 como órgano asesor, sin competencias ejecutivas, y se reunió 48 veces, 33 de ellas de marzo a julio de 2020 y la última el 14 de enero de 2022. Explicó que su trabajo consistía en hacer un análisis epidemiológico de la situación en cada momento, de la evolución y proyección de la pandemia, haciendo recomendaciones y asesorando sobre las políticas a desarrollar, siendo muchas de ellas «pioneras» a nivel estatal y «aplaudidas» por especialistas de España y el extranjero, como el plan de desescalada o el establecimiento de grupos burbuja en el sistema educativo.
«Potente efecto tranquilizador, balsámico y de esperanza»
Destacó que Canarias se mantuvo como una de las regiones europeas donde el covid-19 tuvo un menor impacto en vidas humanas, de hasta más de 10 veces menos que en otras regiones y comunidades. Como portavoz del comité científico, Lluís Serra indicó que desplegó junto al resto de miembros una «intensa» labor ante los medios de comunicación que, aparte de trasladar las recomendaciones a la población, ejercía un «potente efecto tranquilizador, balsámico y de esperanza ante el miedo generalizado» que se instauró en los primeros meses de la pandemia.
Lluís Serra incidió en que la jornada de trabajo de los miembros del comité «superaba a menudo las diez, doce o catorce horas» y, para mejorar su evidencia y efectividad, se invitó a distintos expertos y responsables sanitarios que aceptaron su implicación con «compromiso e entusiasmo». Serra sostuvo que el trabajo desarrollado por el comité fue «muy complejo» y con algunas decisiones «cruciales» que evitaron los brotes masivos que hubo en otras comunidades y que permitieron el contacto social de los residentes.
Por último, remarcó que todo ese trabajo «se hizo de forma totalmente altruista, sin percibir compensación económica alguna» y reiteró que, sin duda, fue uno de los periodos «más complejos y gratificantes» de su vida, donde el trabajo «bien hecho» y el servicio a la sociedad y a las instituciones supuso «el mayor honor, satisfacción y recompensa, a pesar de los pesares».