El hospital palmero ha tenido que gestionar durante estos casi tres meses la situación pandémica y los efectos en las personas producidos por el volcán
La erupción ha condicionado la vida diaria de los palmeros a lo largo de estos casi tres meses desde que el pasado 19 de septiembre se produjo la erupción volcánica en Cumbre Vieja. También la gestión del hospital palmero ha tenido que adaptarse a las dificultades que los efectos del volcán han producido durante este periodo.
Los pacientes que acuden al Hospital General de La Palma con fracturas y golpes por culpa de las caídas en limpiezas de ceniza ha sido una constante, pero preocupa, y mucho, otras heridas menos visibles, como las consecuencias y los efectos en la salud mental.
Convivir con el volcán y con el alto número de desplazados por culpa de la erupción y, además, la sexta ola de la pandemia no ha sido fácil para el hospital palmero. Una compleja situación en la que se han incrementado los casos de pacientes con patologías mentales.
El hospital de La Palma ha reforzado la atención mental y se ha creado un equipo de atención a domicilio. Se está trabajando para que grupos e psicólogos y psiquiatras procedentes de otras islas colaboren en los casos de estrés postraumático que surjan después del volcán.