Su cercanía podría sugerir una posible sobreabundancia de este tipo de ‘enana marrón’ formadas en las primeras etapas de la Vía Láctea
Un estudio, liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha confirmado la presencia de una inusual ‘enana marrón’ pobre en metal a menos de 30 años luz de distancia del Sol.
Su cercanía podría sugerir una posible sobreabundancia de enanas marrones formadas en las primeras etapas de la Vía Láctea.
En la investigación se han utilizado varios telescopios situados en los observatorios del Roque de Los Muchachos (La Palma) y de Calar Alto (Almería) y los resultados se publican en la revista ‘Astronomy and Astrophysics’.
A escala cósmica, el vecindario inmediato está compuesto por apenas unos cientos de estrellas y de enanas marrones con sus propios sistemas planetarios.
Cuerpos que se van apagando con el tiempo
A diferencia de las estrellas, las enanas marrones no poseen la masa suficiente para que en su interior se fusione el hidrógeno, que es la fuente de energía de estrellas como el Sol, por lo que se van apagando con el tiempo.
Debido a su baja luminosidad y energía, son muy difíciles de detectar. Sin embargo, su estudio es fundamental para comprender los procesos de formación estelar y planetaria, detalla el IAC en una nota.
Ahora, un equipo dirigido por Nicolas Lodieu, investigador del IAC, ha realizado un estudio observacional detallado de una candidata a ‘enana marrón’ pobre en metales descubierta en 2020.
Este tipo de ‘enana marrón’ posee una atmósfera desprovista de sustancias como el nitrógeno y el carbono.
El reciente estudio ha revelado que este objeto, denominado WISE1810 (o WISE J181005.5-101002.3, según las normas de la Unión Astronómica Internacional) se encuentra a sólo 29 años luz de distancia, por lo que formaría parte de la vecindad solar inmediata.
La investigación también ha determinado que tiene una temperatura superficial fría (de 525 °C), una luminosidad un millón de veces inferior a la del Sol y una masa en el rango de las enanas marrones.
‘WISE1810’ tiene además unas propiedades fotométricas y espectroscópicas muy peculiares que requerirán nuevas investigaciones.
«Ninguno de los modelos atmosféricos actuales puede reproducir la luz emitida por este peculiar objeto en un amplio rango de longitudes de onda», explica Lodieu.