El PNUMA solicita a los países que se destinen más recursos para prevenir y evitar los incendios forestales
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) pide a los países que destinen más recursos para prevenir y evitar la nueva categoría de incendios forestales «no normales» provocados por el cambio climático. Avisa de que estos, a su vez, agudizarán más el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.
Por ello, la directora del PNUMA, Inger Andersen, reivindica la creación de una nueva ‘Fórmula Fire Ready’ respaldada por el gasto público para minimizar el riesgo de incendios forestales extremos.
En un comunicado, destaca que esto supone invertir más en la prevención para la reducción de riesgos en lugar de en la gestión reactiva de los fuegos. Añade, a su vez, la importancia de trabajar con las comunidades locales y los pueblos indígenas para proteger sus tierras y aprovechar sus conocimientos, reforzar los compromisos globales para frenar el cambio climático y reconocer el papel de la restauración de los ecosistemas de alta calidad para minimizar el riesgo de los incendios forestales.
En ese sentido, Andersen defiende que el PNUMA proporciona la ciencia, las herramientas y las evaluaciones necesarias. La finalidad es orientar una política basada en pruebas que gestione y reduzca los impactos de los incendios forestales.
De esta manera, insiste a los Estados miembro del programa a «tomar las medidas necesarias» para extinguir los incendios en curso, prevenir otros, y proteger y restaurar los ecosistemas.
«Al mismo tiempo, todos debemos estudiar lo que podemos hacer en nuestras vidas para reducir nuestras emisiones. Hay que prestar especial atención a las grandes empresas, los inversores y los ricos. Cuando el mundo arde, todos debemos convertirnos en bomberos», ha manifestado Andersen.
«La frecuencia e intensidad de los incendios se predijo en los noventa»
La directora ejecutiva ha recordado que el aumento de la frecuencia y de la intensidad de los incendios forestales se predijo ya en los noventa. Por ello, recalca en que este es el «momento de actuar para evitar que los incendios empeoren más rápidamente».
Así, ha añadido que según las previsiones, el calentamiento global y el cambio de uso del suelo aumentarán los incendios extremos hasta un 14 por ciento en 2030, un 30 por ciento a finales de 2050 y un 50 por ciento a finales de siglo.
En este sentido, el PNUMA insta a reducir «rápidamente» las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la transición a energías limpias y eficientes. Además, ruega transformar las economías para situar la naturaleza en el centro de la toma de decisiones.
«La triste verdad es que ya hemos alterado nuestro clima. Incluso si cumplimos los objetivos del Acuerdo de París, las temperaturas tardarán décadas en bajar», señala.
Estas declaraciones se producen con motivo de la actual ola de incendios que se están llevando a cabo en diferentes puntos del planeta. A ese respecto, Andersen valora que «mientras que los incendios forestales son un proceso normal e incluso esencial en la naturaleza, no hay nada normal o natural en los que se están registrando en Europa, América del Norte y otras partes del mundo». Así, asegura que estos incendios son «una consecuencia inevitable y creciente del cambio climático».