La erupción del volcán de Tajogaite en La Palma supuso un antes y un después en la vulcanología a la hora de estudiar un fenómeno de estas características
La erupción del volcán de Tajogaite en la isla de La Palma hace hoy justo tres años supuso un antes y un después en la vulcanología a la hora de abordar el estudio de un fenómeno de estas características. La rapidez en la crisis eruptiva provocada por la erupción del Tajogaite hizo que se implementarán medidas que hasta ahora no se habían implementado en La Palma y que ha servido para que se lleven a cabo en otros países.
Tal y como explica el director del IGN Canarias, Itahiza Domínguez, este tipo de fenómenos se estudiaban basándose en la geología y en los relatos históricos de fenómenos similares, pero tanto la erupción de El Hierro como la propia de La Palma sirvió para que los científicos recopilaran datos durante los 85 días que duró la erupción.
Unos datos que, según Domínguez, servirán para entender mejor una futura crisis y tener una mayor precisión en los pronósticos, además de mejorar el sistema de vigilancia volcánica y entender que «necesitan herramientas lo más automáticas posible».
Unas medidas que también suponen un avance a la hora de abordar las consecuencias posteriores de la erupción como la alta concentración de gases en las zonas de Puerto Naos y La Bombilla.