Veinte piezas del artista grancanario centradas en «El Viento» se exhibirán en junio en la sede de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino
La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino expondrá las espirales más significativos del escultor, su «leit motiv», en una muestra que organizará en junio en su sede, el Castillo de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria, con motivo de la publicación del tercer volumen de la enciclopedia dedicada a su obra.
«El Viento. Un camino en espiral hacia el origen»
Serán más de una veintena las piezas que se exhibirán para contextualizar la nueva monografía que se centra en «El Viento. Un camino en espiral hacia el origen», tras la publicación de las dos primeras, «Reinas Negras» y «Afrocán», según ha informado a EFE el director de la Fundación, Jesús María Castaño.
Esa muestra, dedicada a la capacidad del artista grancanario para «forjar los vientos», incluirá también obras de los escultores de vanguardia más sobresalientes del siglo XX como Lissitzky, Julio González, Smithson, Ruiz y Oteiza, entre otros.
La producción del viento de Chirino y el resto de obras proceden de las colecciones Azcona, Guillermo de Osma, Cardoso, Deorador, así como del IVAM, la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y el museo Salvador Victoria.
Contacto con el público
Aunque el artista cuenta con un exhaustivo Catálogo Razonado editado por la Fundación Azcona, el proyecto de la enciclopedia persigue una difusión de su valiosa obra en contacto más directo con el gran público y, en particular, con el de sus raíces canarias.
Del nuevo volumen, editado por la Fundación con la participación de la Fundación Azcona y con el apoyo de las instituciones públicas, se ha encargado el crítico de arte Fernando Castro Flórez, quien ha profundizado en la serie «más carismática y particular del escultor», que comenzó a tratar a finales de los años cincuenta y se convirtió en una constante de su obra.
Inauguración el próximo 9 de junio
Castro Flórez ha comisariado también la muestra, que se inaugurará el 9 de junio y se podrá visitar hasta el 17 de septiembre, y que incluye el primer viento de Chirino, de 1958, una espiral en hierro forjado, así como una selección «muy especial por su formas y representación» de sus espirales.
Según Castro Flórez, la reflexión en torno al viento constituye uno de los grandes aciertos de Chirino, no sólo como interpretación de los fenómenos de la naturaleza, sino como búsqueda de su propia identidad en su Canarias natal, que recoge en los petroglifos existentes en Balos (Gran Canaria), El Julán (El Hiero) o el Roque de Teneguía (La Palma), posibles ideogramas de los primitivos habitantes anteriores a la conquista de las islas.
La plasticidad de la espiral
Chirino toma de sus ancestros la espiral por su elocuente plasticidad, pasándola a la representación del viento, como poderosa expresión abstracta, pero también como testimonio de un legado humano recogido en sus orígenes.
El escultor la presenta de manera original en la escultura contemporánea, unas veces dentro de una escultura abierta y otras cerrada; así como haciendo masa con el espacio en el retorno de la curva o como cuerpo compacto en alternativas de breve dimensión en las juntas lineales.
El propio Martín Chirino escribía: «Aún recuerdo el momento en que el hierro entre mis manos gira y vuelve a girar sobre sí mismo para dar origen a la espiral, que ya estaba en mi mente como alegoría del viento. Por entonces, en mi proceso de trabajo ya había absorbido la racionalidad de la mitad del siglo, pero dándome cuenta de que nunca debería perder la sobriedad y sencillez necesaria para que esta obra mía sea bien interpretada”.