Si el primer tiempo fue para el Eintracht los minutos finales fueron para el Barcelona que, sin embargo, no pudo sacar ventaja de su superioridad numérica después de que el Eintracht se quedará con diez por expulsión de Tuta
Un gol de Ferrán Torres salvó un empate para el Barcelona ante un Eintracht Fráncfort que se había ido en ventaja con un golazo de Ansgar Knauff y que en la primera parte había tenido contra las cuerdas al equipo catalán a punta de intensidad y despliegue físico.
Si el primer tiempo fue para el Eintracht los minutos finales fueron para el Barcelona que, sin embargo, no pudo sacar ventaja de su superioridad numérica después de que el Eintracht se quedará con diez por expulsión de Tuta.
La primera situación digna de mención fue una ocasión para el Barcelona con un remate desde fuera del área de Ferrán Torres que obligó a Kevin Trapp a ceder a saque de esquina con una buena parada.
Sin embargo, luego el Barcelona empezó a sufrir a lo largo de la primera parte. El Eintracht, a punta de intensidad y de fuerza, logró poner el partido en su terreno.
El Barcelona tenía más la pelota pero no tenía control ni llegada y el Eintracht lanzaba ataques rápidos tras cada recuperación de pelota llegando a llevar peligro a la portería de Marc André Ter Stegen.
En el minuto 5 vino la primera llegada clara del Eintracht, con un remate de Ansgard Knauff a centro de Kamaa desde la izquierda que fue bloqueado a córner.
En el 6 Sow tuvo una ocasión para el Eintracht al llegar al remate en excelente posición en un contragolpe que se inició con una pérdida de balón del Barcelona en la mitad de la cancha.
En el 10 Gavi tuvo que desviar a córner ante un buen centro de Filip Kostic desde la izquierda. El Barcelona solo volvió a llegar en el 17, en una jugada fortuita que se inició con un mal despeje de Martin Hinteregger que pegó en Ferrán Torres y la pelota cayó a los pies de Pierre Emerick Aubameyang que remató contra la red exterior.
Sin embargo, el Eintracht siguió siendo más peligroso y dictando el partido a veces yendo al límite del reglamento.
En el 28, en otro contragolpe, Sergio Busquets salvó ante Rafael Borré en el área pequeña. El arbitro central, el serbio Srdjan Jovanovic, sancionó inicialmente penalti pero se corrigió tras revisar las imágenes del VAR que mostraban que Busquets había tocado primero la pelota.
La hoja de estadísticas al término de la primera parte daban dos datos que decían mucho de cómo se había desarrollado el partido: el Barcelona había tenido un 64 por ciento de posesión de pelota, pero solo había disparado dos veces con dirección a puerta frente a ocho del Eintracht.
Ya en el segundo tiempo, en el minuto 48, el Eintracht se fue en ventaja con un remate a la escuadra desde fuera del área de Ansgar Knauf aprovechando un rebote tras un córner. Poco después el Eintracht tuvo la oportunidad del segundo en los pies de Lindström. La tónica del partido seguía siendo la del primer tiempo.
El Eintracht, tras la ventaja, se replegó un poco pero los contragolpes seguían siendo peligrosos.
En el 62 Xavi Hernández movió el banquillo. Gavi, que estaba teniendo problemas con la intensidad en los balones divididos, dio paso a Frenkie de Jong y Adama a Ousmane Dembelé.
Dembelé inició la jugada del empate. Le puso el balón en el área a Ferran que marcó tras una pared con De Jong. Los dos nuevos respondieron de inmediato.
Además del empate, el partido pareció tener un giro. El Barcelona empezó a ganar en seguridad y el Eintracht empezó a acusar el desgaste físico.
En muchos balones divididos empezó a ser el Barcelona el equipo que llegaba un instante antes y el Eintracht cerraba menos los espacios.
En el 79, el Eintracht se quedó con diez hombres por expulsión de Tuta, que vio su segunda tarjeta amarilla por una falta contra Pedri.
A partir de ahí todo parecía servido para el Barcelona que monopolizó la pelota y combinó cerca del área aunque siguió teniendo problemas para generar llegadas claras.
Al final el Eintracht escuchó agradecido el pitido final, aunque las ocasiones perdidas en la primera parte le dejan seguramente un sabor agridulce.
El Barcelona, por su parte, pese a los problemas que atravesó, tuvo para más y ahora queda en situación de resolver la eliminatoria en el Camp Nou.