Figuras históricas de Canarias como Elfidio Alonso Quintero, Juan Cruz Ruiz y Mercedes Pérez Schwartz recuerdan el sufrimiento bajo la dictadura
En estos tiempos, recuperar la memoria histórica de España, no es sólo un acto de recuerdo, sino una llamada a la conciencia colectiva. En Canarias, veteranos del periodismo, la cultura y la memoria histórica están hoy reflexionando sobre lo que vivieron, para transmitirlo a las nuevas generaciones.
Un nombre esencial en esta tarea es el de Elfidio Alonso Quintero, periodista, escritor, músico y fundador del grupo folclórico Los Sabandeños. Hijo de un famoso periodista republicano, Alonso ha dedicado su vida a la crónica, la cultura y la política local. A sus 90 años, recuerda con nostalgia aquel exilio infantil, y cómo ese viaje marcó su vocación.
Junto a él, Juan Cruz Ruiz ha denunciado en sus textos las injusticias del franquismo. En una de sus crónicas contó cómo, en el pasado, un artículo sobre el hambre en Tenerife bastó para que le negasen el pasaporte. “Eso era el franquismo”, recordaba, evocando las presiones y la censura que sufrían quienes se atrevieron a escribir sobre la realidad.
Víctimas sin ser reconocidas
A ellas se suma Mercedes Pérez Schwartz, presidenta de la asociación de memoria histórica en Tenerife, que reivindica espacios como el Castillo de Paso Alto, prisión franquista durante la dictadura, como Lugares de Memoria Democrática. Pérez Schwartz denuncia que muchas víctimas siguen sin ser reconocidas y subraya la importancia de mantener viva la memoria para que no se repitan errores.
Estas voces, con historias personales y combativas, no piden rencor: piden conciencia. Su experiencia vital, el exilio, la represión, la censura, la lucha por la libertad, lanza un mensaje claro a los jóvenes de hoy: la democracia no es un regalo, sino una conquista diaria.
Para las nuevas generaciones, conocer estos testimonios significa comprender que la libertad, los derechos y la dignidad no son eternos: deben defenderse. Y, como subraya Elfidio Alonso, “la vida es un enigma” que exige gratitud, memoria y compromiso.


