Los pasajeros que lleguen al país desde China deberán presentar una prueba PCR o test de antígenos de covid negativo
Francia requerirá a los viajeros que lleguen en avión procedentes de China que muestren un test negativo de COVID-19 realizado en las 48 horas anteriores del viaje. Uniéndose así a otros países como Italia y España, que ya han decidido reforzar el control fronterizo con el país asiático.
Así lo ha detallado el Gobierno francés en declaraciones recogidas por ‘Le Monde’. Implementando tres medidas destinadas a «proteger a los franceses» contra los riesgos de aparición de nuevas variantes de coronavirus.
En concreto, todos los pasajeros que lleguen al país desde China –ya sea en un vuelo directo o con escala– deberán presentar una prueba PCR o test de antígenos de COVID-19 negativo con menos de 48 horas antes de la salida para poder embarcar.
Asimismo, el uso de mascarilla será obligatorio durante el vuelo. Y, a partir del 1 de enero, se realizarán pruebas aleatorias PCR a los pasajeros en aras de hacer un seguimiento epidemiológico y rastrear posibles nuevas variantes del virus, según el citado diario.
En este sentido, el Ejecutivo francés ha hecho un llamamiento a los ciudadanos de Francia a que pospongan sus vuelos a China, excepto por razones de peso.
La explosión de casos de COVID-19 en China, derivada de la retirada de la mayor parte de las restricciones impuestas durante toda la pandemia, ha generado preocupación a nivel mundial. Y ha derivado en la imposición en varios países de nuevos controles para los viajeros procedentes del gigante asiático.
Medida injustificada para el ECDC
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) valoró el jueves que, por ahora, recuperar este tipo de medidas era «injustificado». Toda vez que Europa cuenta con un amplio nivel de inmunización. Y no se han detectado nuevas variantes que supongan un motivo adicional de preocupación.
La Comisión Europea, por su parte, abogó por un enfoque «coordinado» y convocó una reunión extraordinaria del Comité de Seguridad Sanitaria de la que no salieron nuevas medidas. Más allá de abogar por una «vigilancia activa» sobre la evolución de la situación en China. Italia, sin embargo, ya ha abogado por restricciones comunes por boca de su primera ministra, Giorgia Meloni.