El Museo de la Sal, en Fuerteventura, celebra su día recordando a los salineros. El padre de Felipe lo fue durante más de 50 años
Los museos canarios celebran este miércoles su día con jornadas de puertas abiertas y programas cargados de actividades. En Fuerteventura el Museo de la Sal ha querido reconocer el trabajo de los salineros y para ello ha contado con la historia de Felipe.
Este majorero recuerda el trabajo de su padre, que fue salinero durante más de 50 años en la isla. Comenzó a trabajar a los 14 años «descalzo, porque no se podían poner zapatos ya que las salinas eran de tierra». Así trabajó durante 53 años, hasta que forraron las salinas con piedras.
Durante una visita guiada por el Museo de la Sal, cuenta que allí nacieron él y sus siete hermanos. «Estuve sin salir de aquí 30 años», dice. Explica que las casas de la zona eran un hotel cuando no existían aún los hoteles en Fuerteventura. «Entonces, don Manuel Velázquez Cabrera traía aquí médicos para recetar a los majoreros».
Con todo, Felipe señala que la sal ha sido un producto muy importante en la isla majorera. Asegura que la sal que daba la salina era tanta que se cargaban los barcos veleros dos veces al año con sacos de 50 kilos.
Con motivo del Día Internacional de los Museos, el de la Sal ha acogido además exposiciones de trabajos artesanos para celebrar su día.