La denuncia de una vecina alertó a la policía, que comprobó que el perro no recibía comida, alimento ni cuidados por parte de la pareja y murió cuatro días después de ser rescatado
La denuncia de una vecina
El Grupo de Protección Ambiental de la Unidad de Mediación y Convivencia (UMEC) de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria investiga a un hombre y una mujer como presuntos autores de un delito de maltrato animal por omisión de cuidados, que ha derivado en la muerte de un perro.
Los hechos se produjeron este mes de diciembre en el barrio de Ciudad del Campo después de que una vecina alertara del grave deterioro del estado de salud del animal.
La vecina interpuso la denuncia después hablar con los propietarios y comprobar que no tenían intención de proporcionarle la atención veterinaria urgente que necesitaba.
Rescate
En este sentido, los agentes se desplazaron a la vivienda, donde localizaron a un perro de raza American Bully, considerada potencialmente peligrosa. Presentaba un estado de extrema delgadez, apatía y una notable falta de fuerza, sin capacidad para reaccionar ante estímulos ni desplazarse con normalidad.
Los propietarios, un hombre y una mujer de 40 y 36 años, manifestaron a los agentes que el animal se encontraba muy grave. Tras la inspección, los policías comprobaron que el perro no estaba recibiendo alimento, agua ni atención veterinaria, por lo que procedieron a su retirada inmediata del domicilio.
A través del servicio municipal de Salud Pública, trasladaron e ingresaron al animal en una clínica veterinaria. Pese a recibir tratamiento especializado desde el primer momento y permanecer bajo atención veterinaria continuada, el avanzado estado de deterioro y la extrema debilidad del animal provocaron su fallecimiento cuatro días después de su ingreso.
La Policía Local ha recabado los informes veterinarios, ha citado a testigos y a las personas investigadas en dependencias policiales, instruyendo diligencias por un presunto delito de maltrato animal con el agravante del resultado de muerte. Está tipificado con penas de prisión de hasta dos años y la inhabilitación para la tenencia de animales por un periodo de hasta cuatro años.


