450 personas de personal docente e investigador de varias universidades y centros de estudios han hecho llamamiento a sumarse a la protesta ciudadana del 20A
Los investigadores universitarios y el personal docente de centros de Canarias y el extranjero, han hecho llamamiento a sumarse «masivamente» a la convocatoria del 20A, bajo el lema «Canarias tiene un límite«.
Según indican en un manifiesto, en las últimas décadas se ha conformado un corpus de investigaciones en todas las disciplinas que convergen en un diagnóstico negativo respecto del modelo de desarrollo de las islas.
Desde las ciencias naturales, las ciencias sociales o las humanidades se produce abundante bibliografía que redunda en la idea de que el archipiélago está marcado por un esquema de organización social y político depredador del suelo, contaminador de las aguas, destructor del patrimonio cultural y perjudicial, en general, para todas las especies que habitamos las islas.
Alternativas a la economía centrada en el turismo
Este modelo, regido por una economía centrada fundamentalmente en el turismo, se ha revelado poco ventajoso incluso para su población humana, sometida mayoritariamente a condiciones de vida precarias y cada vez más insalubres física y mentalmente, alertan.
Al mismo tiempo, señalan en el comunicado, existe una convergencia en reconocer una serie de alternativas a este modelo, basadas en las necesidades concretas del conjunto del archipiélago y no en el enriquecimiento de una minoría.
En el manifiesto, que recoge firmas de personal investigador de todas las universidades canarias y de unas 30 universidades de fuera de las islas, entre ellas Harvard, abogan por propuestas descentralizadas y diversificadas, ajenas a las macroinfraestructuras y coherentes con la realidad geográfica e histórica del territorio.
Medidas insuficientes
Destacan que, medidas como la moratoria turística, la implantación de una ecotasa o la regulación de la compra de la vivienda son insuficientes pero «de urgencia ante un panorama absolutamente desolador de emergencia hídrica y emergencia habitacional fruto de este modelo de crecimiento económico».
«Ha llegado el momento de parar el desastre. Ofrecemos todo nuestro potencial investigador y divulgador, tan maltratado por este modelo de desarrollo, para ayudar a planificar y edificar alternativas fundamentadas, creativas y duraderas en el tiempo», resaltan.
Asimismo, citan a César Manrique, quien manifestó que “cuando una amplia mayoría de la población sea consciente de la fragilidad y equilibro del todo, seremos capaces de revertir la destrucción que hemos puesto en marcha”.
«Canarias tiene un límite y no vamos a permitir que continúe el expolio», agregan.
Momento crítico
Además, la Asociación Canaria de Antropología ha hecho público un manifiesto en el que avisa de que Canarias está en un momento crítico con problemas interconectados como la saturación de las carreteras, la especulación de la tierra, con macroproyectos turísticos que invaden espacios naturales protegidos, la sobrepoblación, la precariedad con los salarios más bajos del Estado y la dificultad para poder acceder a viviendas.
Todo ello, añade, «hace imposible vivir con dignidad» en las islas, por lo que exige acabar con la especulación y el expolio, respeto por la cultura, el fin del exotismo gratuito y de la violencia de género asociada a la división del trabajo del turismo industrial y la mirada patriarcal del mismo.
Demandan, asimismo, «derechos esenciales para la vida en el archipiélago y para nuestros cuerpos, que no deben ser arrollados por una fantasía de paraíso».
El grupo internacional de Estudios Canarios también ha firmado un comunicado en el que apoya la manifestación del 20 de abril porque «reivindica un modelo turístico que sea sostenible con el medioambiente canario, que respete la calidad de vida de la población de las islas y que proteja su patrimonio arqueológico e histórico».
Este grupo, formado por investigadores y activistas culturales que se dedican a los estudios canarios y residen fuera del archipiélago, sostiene que las decisiones sobre el territorio canario deben hacerse con la participación de la ciudadanía, no con los sectores turísticos privados que se benefician de la explotación de la tierra.
Defienden el trabajo de los activistas de las islas que buscan un modelo económico diversificado, no solo basado en el monocultivo de un turismo de masas «antiecológico y extractivista».
«La explotación económica y social de las islas Canarias ha llegado a su límite. Es el momento de buscar un cambio radical que promueva un modelo económico y turístico responsable», apostillan.
Tanto la Asociación Canaria de Antropología como el grupo internacional de Estudios Canarios han suscrito el manifiesto de los investigadores universitarios.