Las autoridades multarán hasta con mil euros a los responsables y usuarios que no presenten el certificado médico
Italia obliga desde este miércoles al uso del pase sanitario en los medios de transportes y el acceso a las universidades.
Los usuarios han tenido que certificar haber recibido la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, haberse recuperado de la enfermedad o haber dado negativo en una prueba diagnóstica en las 48 horas previas, para viajar en tren, avión, o autobús.
Las autoridades tienen previsto multas para los los responsables de los servicios en los que se requiere el pase y los ciudadanos que no cumplan con la normativa.
Las sanciones oscilan entre los 400 y los 1 000 euros, que deberán pagar tanto el operador como el usuario.
Si la infracción se repite tres veces en tres días distintos, el pase podrá inhabilitarse entre uno y diez días.
La certificación se requiere en todas las regiones del país, independientemente de su nivel de riesgo por la COVID-19.
Certificado generalizado
El uso del pase en medios de transporte se ha sumado a otros sectores ya regulados desde principios de agosto.
El certificado es obligatorio para sentarse en una mesa en interiores de locales de restauración, para asistir a espectáculos o eventos deportivos y para acceder a museos y otras instalaciones culturales. También en piscinas, gimnasios, para practicar deportes de equipo, ferias, conferencias, congresos, spas, parques temáticos o campamentos de verano, entre otras.
El certificado lo tienen que utilizar los mayores de 12 años, y únicamente están exentos los ciudadanos que no puedan vacunarse por motivos de salud, o los que participaron en el ensayo clínico Covitar.
El pase sanitario caduca al año.