La acusada es agente del Cuerpo Nacional de Policía y formaba parte del Grupo III de Estupefacientes de la Comisaría Local en el municipio de La Laguna desde hacía 7 años.
La agente de la Policía Nacional acusada de malversación de caudales públicos y falsificación de moneda en 2016, cuyas iniciales son E.M.D.F., ha negado este lunes cualquier implicación en los hechos durante la apertura del juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
La encausada, según el escrito de la Fiscalía, urdió un plan para apoderarse de dos billetes de 200 euros y tres de 500, que formaban parte de la remesa de 66.725 euros intervenida el 5 de abril de 2016 tras una intervención policial y que estaban custodiados en Comisaría.
La acusada es agente del Cuerpo Nacional de Policía y formaba parte del Grupo III de Estupefacientes de la Comisaría Local en el municipio de La Laguna desde hacía 7 años.
El 5 de abril de hace cinco años, según continúa el Ministerio Fiscal, sobre las 23:30 horas la acusada se conectó a la red desde una tableta en su domicilio y accedió al sitio web del Gobierno de Murcia, donde se muestran billetes de curso legal y sus caracteres técnicos, medidas de seguridad, incluido su número de serie.
Valiéndose entonces de su “condición de policía” para tener acceso al lugar en el que se custodian los bienes y efectivos del delito, con “evidente” propósito de enriquecimiento ilícito, se apoderó de los 1.900 euros.
Sustituyó entre el 5 y el 13 de abril los tres billetes de 500 euros y dos billetes de 200 euros, por cuatro billetes de 500 y dos billetes de 200 que simulaban los obtenidos, con características que los hacían “confundibles”, según la Fiscalía, y que la misma había elaborado e impreso a tal efecto.
Por todo ello, el Ministerio público entiende que la acusada cometió un delito de malversación de caudales públicos y otros de falsificación de moneda, por los cuales pide un total de 14 años de prisión, inhabilitación para el ejercicio del cargo público y multa de 4.800 euros, además de la devolución de los 1.900 euros al Ministerio del Interior.
Sin embargo, E.M.D.F. ha explicado, en respuestas a cuestiones de la Fiscalía, a la acusación particular (Abogacía del Estado) y a su letrado defensor, que ella nunca supo el montante total y exacto de la cantidad que se había sustraído en una operación en la que ella tampoco participaba, ni la tipología de los billetes.
E.M.D.F. no fue designada ni participó en la operación que había incautado los casi 70.000 euros, no se responsabilizó de la custodia de ese dinero ni dispuso de tiempo en la comisaría para efectuar el robo, y todas las otras pruebas a las que se le sometió tras su acusación dieron negativas, según ha reiterado el letrado defensor.
La encausada ha negado que accediese en algún momento entre el 5 y el 13 de abril de ese año a la caja fuerte, ha repasado cronológicamente sus dedicaciones profesionales entre esos días, y ha apostillado que el acceso a la caja fuerte en la que se encontraba el dinero estaba al alcance de cualquier agente.
Tras el 5 de abril vio a distintos funcionarios contando los billetes, pero de lejos, y sin fijarse en cuánto había.
Tampoco introdujo dinero falso para sustituir los verdaderos, según su versión, y solo supo de la existencia de billetes falsos el mismo 13 de abril, cuando se descubrió el asunto.
A E.M.D.F. le extrañó que el 13 de abril, una vez descubierta la existencia de los billetes falsos, se mostrasen éstos en público y que pasasen “por toda la comisaría”; y ante la duda de haberlos podido tocar, buscó en Internet posteriormente, por mera inquietud, si era fácil que quedasen las marcas de las huellas en el papel de los mismos.
Este proceder, en el que cualquier persona pudo estar en contacto con billetes falsos, según la encausada, no debió de producirse. La investigación, en un principio, se derivó a asuntos internos.
Reseteó su tableta el 14 de abril porque se le bloqueaba constantemente tras descargar una serie de aplicaciones con los que poder ver películas para su hija.
Fue entonces también cuando borró una serie de mensajes en un grupo de WhatsApp de su grupo de trabajo porque había facilitado a través de ahí información confidencial para que su pareja, agente de la Policía Local en La Orotava (Tenerife), les facilitase una labor que, de otra manera, habría conllevado mucho más tiempo y más papeleo.
Y ha asumido que, aunque este procedimiento no es el que marca el reglamento, lo hizo por aquellos motivos, y borró la información porque asuntos internos revisaría absolutamente todo.
Luego, según ha declarado, le comunicaron que sería detenida y que se le acusaría de los hechos. Incluso le amenazaron con “ir a por ella” y a por los suyos, según ha relatado.
Sobre la búsqueda en los navegadores de Internet sobre billetes falsos, E.M.D.F ha detallado que se debieron a unos billetes “de fantasía”, de mentira, para que su hija pequeña jugase a una especie de mercadillo, en un remedo de lo que ellos hacían en el supermercado.
En respuestas al juez, la acusada ha recordado que no era la primera vez que su grupo de Estupefacientes, entre otros, estaban en contacto con billetes falsos, entre los incautados y los que ellos mismos utilizaban en distintas operaciones.
Por lo demás, E.M.D.F. ha asegurado que ni a ella ni a su pareja les hacía falta el dinero para nada, que no sufrían apuros económicos y que podían y pueden ahora mantener los gastos corrientes de una familia con ella incluso suspendida de empleo y sueldo desde hace casi 5 años.
Es más: iba a ser propuesta para la medalla al mérito policial por su trayectoria, su expediente y una acumulación de unas 50 felicitaciones públicas, un instrumento que sirve para ascender jerárquicamente dentro del cuerpo, entre otros asuntos.