Como cada 15 de febrero, el convento de Santa Catalina de Siena, en La Laguna, rinde culto al cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús de León, La Siervita
Son muchos los fieles de todas las islas que cada 15 de febrero visitan la iglesia de este convento en la plaza del Adelantado
Muchos fieles visitan este 15 de febrero como cada año el convento de Santa Catalina para venerar el cuerpo incorrupto de sor María de Jesús de León y Delgado, “la Siervita” de La Laguna.
Dos días al año
Sólo dos días al año se puede ver el cuerpo de Sor María de Jesús. Uno es este 15 de febrero, aniversario de su muerte. Y también el domingo siguiente, que este 2024 será el próximo 18 de febrero. Son muchos los fieles que se acercan hasta La Laguna para rendirle culto.
La iglesia del convento abrió este jueves a las 6 de la mañana. A esa hora se procedió a la apertura del sarcófago. Una hora después, a las 7, tuvo lugar una Eucaristía pro-beatificación de la Siervita.
Por la tarde tendrá lugar la habitual ofrenda floral por parte de los ayuntamientos de El Sauzal y La Laguna, localidades de nacimiento y de defunción de la religiosa, respectivamente.
La vida de Sor María de Jesús
Sor María de Jesús nació en 1643 en El Sauzal. Desde muy temprana edad, mostró inclinaciones místicas y religiosas, especialmente en su gran devoción a una imagen milagrosa del Niño Jesús que estaba en la Iglesia de San Pedro en su pueblo natal.
Al morir su padre, su madre no pudo hacerse cargo de ella, por lo que la niña es adoptada por una rica familia peninsular asentada en la ciudad de La Laguna. Dos años más tarde, el matrimonio hizo planes para mudarse a América, con la intención de llevarse a la pequeña María con ellos. La estudios sobre Sor María de Jesús afirman que este matrimonio explotaba laboralmente a la niña. Por esta razón su madre biológica, recupera a su hija.
Originalmente María de León quiso tomar los votos dentro de la Orden de Carmelitas Descalzos, sin embargo no existían aún conventos de esta orden establecidos en el Archipiélago Canario. Al final entró a formar parte del la Orden Dominica y entró en el convento de Santa Catalina de Siena en el año 1668.
Una vez en el convento, María adoptó el nombre de Sor María de Jesús, añadiéndose la coletilla «de Jesús» en honor a Santa Teresa de Jesús por la devoción que sentía.
Su unión a Amaro Pargo
La religiosa tuvo una gran amistad con el famoso corsario Amaro Pargo. Muchos fueron los milagros que el pirata atribuyó a la intercesión de Sor María, a la que amaba como a una amiga y veneraba como una santa.
El 15 de febrero de 1731 Sor María de Jesús fallece en el convento. Sin embargo antes de morir cayó en un éxtasis que duró tres días en las que conservó las pupilas claras más de 24 horas, manando sangre fluida en las venas. Además, narra la historia, que sulfuraba un líquido transparente que mantuvo su fragancia a jazmín hasta varios años después. En el momento de su muerte Sor María tenía 87 años.
Cuerpo incorrupto
Tres años después de su muerte, su cuerpo es encontrado incorrupto. Se descubrió que la tierra de su sepultura estaba húmeda y que los hábitos de la monja estaban empapados. Es por éste motivo de incorruptibilidad milagrosa por el que se decide mantener el cuerpo de Sor María de Jesús en el convento. El estado de su cuerpo ha sido tomado como hipotético signo de santidad y hay abierto un proceso para su beatificación.