Ithaisa Suárez y un testigo, que en el momento de la desaparición de Yéremi era menor, declararán el próximo 5 de noviembre tras la reapertura del caso
La madre de Yéremi, Ithasa Suárez, y un testigo –que era menor cuando desapareció el niño– declararán el próximo 5 de noviembre ante el magistrado del Juzgado número 2 de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) después de que el pasado mes de septiembre se ordenara la reapertura del caso de Yéremi Vargas, el menor de siete años desaparecido en 2007 en Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana, mientras jugaba.
Así lo ha indicado en rueda de prensa el abogado Marcos García Montes, letrado de la familia, en una comparecencia en la que ha estado acompañado de Ithaisa Suárez y José Suárez, el abuelo del menor desaparecido.
García Montes ha expuesto que tras el «fracaso» de la investigación, el juzgado ha reabierto el procedimiento judicial para practicar las diligencias solicitadas por la parte acusadora después de entender que el testigo –que era menor cuando ocurrieron los hechos– puede aportar una serie de detalles «trascendentales», así como que Antonio Ojeda, conocido como ‘el Rubio’, se encontraba «allí», en el lugar donde Yéremi desapareció, según se desprende de las declaraciones aportadas por dos internos que fueron sus compañeros –uno de la cárcel de Juan Grande en Gran Canaria y otro de Algeciras–.
«Color azul» del menor
En una de estas declaraciones, agregó, uno de los internos apunta a que presuntamente ‘el Rubio’ le habló de que el menor se puso de «color azul» –cianosis–, le habla de «disolvente», de un «vertedero» o de la «quema de unos colchones» y expone «se nos fue el tema de las manos».
Esta frase, añade García Montes, la dijo ‘el Rubio’ a un interno ante funcionarios de prisiones, por lo que ha matizado que se entiende que existe la «colaboración de una tercera persona». Para el abogado de la familia el principal sospechoso en estos momentos ha dado datos «sin que nadie le pregunte».
Por ello, ha considerado que existen elementos «más que suficientes», por lo que espera que Ojeda «cuando se vea abordado, se derrote y cuente la verdad» a pesar de que continúe negando todo. Además entiende que el silencio del principal acusado si bien es un derecho constitucional, si se «pone de relieve con otras pruebas puede perjudicarle».
Afección que solo conocía el círculo cercano
En cuanto a la cianosis, Ithaisa ha reconocido que es un tema que pensó que «no era importante» y «nunca» lo reveló a los investigadores ni a los medios de comunicación, sin embargo leyendo con el abogado la declaración de uno de los presos donde se recogía que presuntamente ‘el Rubio’ había indicado que el menor se había puesto de color azulado, le llamó la atención, ya que era un dato que solo conocía el entorno cercano a YEremi.
Para Ithaisa con la reapertura del caso se «ha abierto una puerta a la esperanza bastante grande», «es como un nuevo camino», porque ha admitido que la familia tiene ganas de llegar al final, ya que lo necesitan.
En este sentido, ha apuntado que espera que «diga dónde está el niño» porque lo que quieren saber es «dónde está Yeremi para poderle dar sepultura». Tanto Ithaisa como su padre, José Suárez, aseguran que lo que quieren es recuperar lo que quede del pequeño, apuntando ambos que si les dice dónde están, serían capaz «hasta de perdonarle».
El abogado ha señalado que este es el «primer escalón» del futuro de este procedimiento «sin perjuicio» del recurso interpuesto para que se practiquen más diligencias.
Finalmente, todos han hecho un llamamiento para esas personas que dicen tener datos, a que los aporten, ya que afirman que se les mantendrá su anonimato.