Este proyecto señala la viabilidad del material para su uso en los sectores industriales
Un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) junto a las Universidades de Girona y Pompeu Fabra ha confirmado que la combinación de plásticos reciclados de las tapas de botellas y las fibras naturales del raquis del plátano da lugar a un composite plástico con mejores propiedades mecánicas.
Los autores del estudio analizaron estas propiedades mecánicas, así como las térmicas y estructurales de estos nuevos compuestos, evaluando con especial interés su viabilidad para aplicarlo en sectores industriales.
Sus conclusiones mostraron que la incorporación de las fibras de raquis de plátano, un subproducto agrícola abundante en Canarias y cuyas propiedades y posibilidades son aún objeto de estudio, mejoraban de forma notable las propiedades mecánicas del composite plástico, en términos de resistencia y rigidez, dando lugar a una alternativa competitiva frente a materiales tradicionales.
Un impulso para la economía circular
Asimismo, el estudio destaca el potencial de este composite en sectores como el embalaje, la construcción o la automoción, que cada vez demandan materiales más sostenibles, así como el papel que este tipo de materiales puede desempeñar en el impulso de la economía circular y la preservación del medio ambiente.
Según ha señalado la ULPGC, es la primera vez que se examina la posibilidad de que plásticos reciclados de tapones de botella converjan en un mismo material con residuos de las plataneras, proporcionando materiales más resistentes, rígidos y sostenibles. Este trabajo abre la puerta al aprovechamiento de dos residuos que hasta ahora no tenían salida industrial en las Islas: el plástico de los tapones y la fibra del raquis, especialmente abundante en Canarias dada la extensión del cultivo del plátano.
El estudio ha sido dado a conocer en la revista “Journal of Cleaner Production”; cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y en el mismo han participado los investigadores de la ULPGC Mario Monzón Verona, Rubén Paz Hernández y Raquel Ortega García, junto a expertos del Grupo de Investigación LEPAMAP-PRODIS de la Universidad de Girona y de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de la Universidad Pompeu Fabra.