El curso de la Agencia Espacial Europea se consolida con esta cuarta edición, en la que se dará mayor importancia al único satélite natural de la Tierra
La campaña formativa Pangaea de la Agencia Espacial Europea (ESA) inicia su trayectoria este curso destinada a dotar a los astronautas de una visión geológica sobre la Luna, que constituye el siguiente destino espacial de la humanidad y nos permitirá conocer mejor nuestro sistema solar.
El curso se consolida así con esta cuarta edición, en la que se dará mayor importancia al único satélite natural de la Tierra. «No ha habido mejor ocasión que esta para poner en marcha el curso, ahora que vamos a ir la Luna con las misiones Artemis de la NASA», señala Loredana Bessone, directora del proyecto Pangaea.
Desde la elección del lugar del aterrizaje y la planificación de una expedición lunar hasta la búsqueda de recursos in situ, Pangaea permitirá recibir «una excelente formación de base que capacitará a los astronautas para recoger rocas lunares y para comprender por qué regresamos al satélite», apunta Samuel Payler, coordinador de la formación en un comunicado.
Una formación para los exploradores del futuro
Los participantes de la campaña de este año son el astronauta de la ESA Andreas Mogensen, la astronauta de la NASA Kathleen Rubins y el ingeniero del Centro Europeo de Astronautas (EAC) Robin Eccleston. Esta formación básica se complementará con salidas de campo a los Dolomitas italianos, al cráter Ries de Alemania y a los paisajes volcánicos de Lanzarote (España) para desentrañar algunos aspectos lunares y marcianos desde la Tierra.
Andreas, todo un apasionado de las expediciones, ansía convertirse en un científico de campo cualificado. «Todas las misiones humanas a la Luna tendrán la geología como uno de sus principales ejes. Por ello, este curso es de especial importancia, sobre todo para los astronautas de la próxima generación de la ESA», comenta.
Kathleen forma parte del grupo de astronautas de Artemis y podría convertirse en la primera mujer estadounidense en pisar la Luna. Esta microbióloga ha pasado un total de 300 días en la Estación Espacial Internacional y se convirtió en 2016 en la 60.ª mujer en viajar al espacio.
El equipo Pangaea siente una gran motivación por dotar a estos jóvenes de una formación que los convierta en «integrantes de la ciencia lunar y no en meros astronautas que ejecuten órdenes procedentes de la Tierra. Ellos llevarán a cabo, a nuestro lado, misiones reales en la Luna», declara Samuel.
Nuevos medios mejorados y más realistas
Gracias a sus novedosos recursos, Pangaea 2021 gozará de un carácter más visual y realista. «Hemos incorporado la realidad virtual para observar la «ciencia aumentada» y para gozar de una mayor eficacia a nivel operativo», comenta Francesco Sauro, director técnico del curso Pangaea.
De vuelta a la Luna y, más tarde, con destino Marte. Los participantes harán uso de un casco de realidad virtual que les permitirá sumergirse en un ambiente marciano real. Además de imágenes y numerosos mapas en 3D, el equipo recibirá una combinación de información real del terreno y de imágenes por satélite, gracias al proyecto PLANetary MAPping (PLANMAP), que se ejecutará en segundo plano.
«La tripulación vivirá una experiencia cercana a una expedición planetaria real y seguirá sus propios pasos. Se trata de una valiosa lección, jamás impartida con anterioridad en Pangaea», añade Francesco.
La ESA también está desarrollando una herramienta digital destinada a dotar a la agencia de una mayor eficacia en las expediciones lunares. El Cuaderno de Campo Digital (EFB) es un sistema de información integral compatible con los dispositivos portátiles —una especie de tableta espacial— que se utilizará para anotar datos científicos en entornos remotos. La aplicación ayudará a los astronautas a identificar minerales, dejar constancia de cada paso en sus salidas espaciales, comunicarse con otros científicos situados en la Tierra e incorporar los datos de microscopios y cámaras de 360 grados.
Tres ubicaciones, una única misión
Algunos de los científicos europeos más importantes en materia planetaria impartirán clases durante este curso de formación en los ámbitos geológico, astrobiológico y operativo. «Hemos mejorado nuestra formación al proponer clases cuya complejidad irá en aumento a medida que los participantes vayan formándose en el terreno de la geología», indica Francesco.
Los formadores también hablarán acerca de la diversidad y la tenacidad de la vida y sobre cómo será posible detectar esta última en el marco de las futuras misiones planetarias. Entre las estrictas medidas de seguridad derivadas de la COVID-19, también se formará a los participantes en materia de protección planetaria. «Es fundamental saber cómo tomar muestras y evitar su contaminación», aclara Samuel.