Los Juegos Olímpicos de Tokio se celebrarán sin público tras la declaración del gobierno nipón del estado de emergencia sanitaria. Lo ha anunciado la ministra de los Juegos Olímpicos tras reunirse con las partes implicadas. El Comité Olímpico Internacional respeta la decisión
A 15 días del arranque de los Juegos Olímpicos, la situación sanitaria vuelve a trastocar la planificación del evento. Tras haber adelantado esta mañana la declaración del estado de emergencia para la capital a partir de lunes, el gobierno japonés ha anunciado esta tarde que finalmente los Juegos Olímpicos de Tokio no tendrán público.
«Hemos llegado a un acuerdo y no habrá espectadores en las instalaciones en Tokio», ha asegurado Tamayo Marukawa, ministra de los Juegos Olímpicos, a la salida de la reunión que mantenía con los principales afectados por las medidas. El Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional «respetan» y «apoyan» esta decisión.
Los Juegos Paralímpicos mantienen la posibilidad de tener espectadores
El gobierno nipón ha tenido que utilizar esta medida excepcional por cuarta vez desde el inicio de la pandemia. La capital del país del sol naciente sufre un alarmante repunte de casos debido a la variante delta del virus, lo que ha llevado al primer ministro japonés, Yoshihide Suga, a tomar esta medida. Suga, quien ya anunciase en su día que barajaba la opción de celebrar los Juegos a puerta cerrada, ha recordado que se aplicarán duros controles sanitarios a deportistas, miembros de las delegaciones y periodistas extranjeros.
Ya en marzo se prohibió la asistencia de público forastero a la celebración de las competiciones, medida que fue muy apoyada por la opinión pública japonesa. La organización de los Juegos conservaba la esperanza de poder mantener al local, pero tendrá que renunciar a ella. Quedan, sin embargo, dudas de si habrá o no espectadores en los Juegos Paralímpicos. El estado de emergencia decae el 22 de agosto, dos días antes del inicio del evento.
La sociedad japonesa se pregunta por qué no se cancelan por completo las competiciones
El líder nipón ha reiterado su compromiso para organizar unos Juegos «seguros», pero la opinión pública japonesa no entiende su terquedad. Mientras que otros eventos, como conciertos o festivales, continúan prohibidos, el primer ministro se mantiene firme en celebrar las Olimpiadas.
Una encuesta de la agencia nipona Kyodo revela que el 80% de los japoneses pide su cancelación o aplazamiento. Hace semanas, el Gobierno tuvo que prohibir la venta de alcohol en los estadios tras las protestas de la hostelería, que seguía con sus locales cerrados. Serán, definitivamente, unos Juegos Olímpicos que pasarán a la historia por sus complicaciones. Tras cinco olas, cuatro estados de emergencia, un aplazamiento y la prohibición de la presencia de público, costará convencer a la sociedad japonesa de que se tomó la decisión correcta al no postergarlos una vez más.