Desde muy temprano más de un centenar de pequeños recorren las calles, puerta a puerta, sólo tienen que decir unas palabras concretas para que comience todo
Nada tiene que ver con Halloween y de hecho, muchos de los vecinos de San Juan de la Rambla en Tenerife, aseguran que esta tradición es mucho más antigua. Se trata de los santitos que gracias a la situación sanitaria, recupera a los niños en la calle para celebrar esta arraigada tradición.
Desde muy temprano más de un centenar de pequeños recorren las calles, puerta a puerta. Sólo tienen que decir unas palabras concretas para que comience todo y reciban así su regalo.
Toda la jornada transcurre de la misma forma, hasta llenar las cestas que ellos mismos han adornado para la ocasión. Una vez el recorrido haya finalizado, toca comprobar qué generosos han sido los vecinos, disfrutar de las chuches y a esperar al próximo año.