También se acordó rebajar el peso de la novedosa prueba de madurez académica -del 75 % al 60 % del valor de la nota global- y eliminar en el primer año de la fase de transición a la nueva Ebau dicho examen, es decir, en 2024
Las comunidades autónomas y Educación se reunirán el martes 13 para corroborar la decisión de aplazar un año la plena implantación de la nueva selectividad. Y avanzar en la fórmula definitiva de cara a 2024. Un tema de largo recorrido que divide a los territorios gobernados por el PSOE y el PP y en el que otros mantienen la prudencia hasta el fin de la negociaciones.
Según fuentes educativas, la sectorial podría avanzar en la definición del examen al que se someterán los alumnos que ahora cursan 1º de educación secundaria. En el que finalmente se ha descartado incluir la principal novedad de la propuesta ministerial: la llamada prueba de madurez académica.
En principio, habrían de examinarse en 2024 por materias, como ha sido hasta este momento, de Lengua Española, Lengua extranjera e Historia de Filosofía (que ha vuelto a introducirse como obligatoria en todas las modalidades de 2º de Bachillerato, no solo en el primer curso). Y se baraja incluir algún aspecto competencial.
Aunque hay consenso de los Gobiernos regionales acerca de atrasar un año la futura Ebau (2027-2028). Salvo Castilla León y Madrid, los cinco territorios del PP se oponen a la propuesta de la ministra Pilar Alegría. Las comunidades del PSOE lo apoyan. O se mantienen a la expectativa de la negociación en curso y el resto no se pronuncia hasta conocer más detalles.
En respuesta a la Agencia EFE, muchas de las consejerías de Educación y Universidades se remiten a la reunión del día 13, tras la que habrá una rueda de prensa a los medios.
Más tiempo para adaptarse a la nueva selectividad
El pasado día 2 en una reunión técnica con Educación, varias comunidades pidieron aplazar un año la plena aplicación de la nueva Ebau en aras de alcanzar un mayor consenso. Y dar más tiempo a alumnos y profesores a adaptarse a los cambios. Que ha implicado los dos años de aplicación de la última reforma educativa (Lomloe o Ley Celaá).
El efecto práctico de todo ello es que los primeros alumnos en enfrentarse a la nueva selectividad serán los que cursen ahora 1º de la ESO, no los del segundo curso. Pero quedan por despejar incógnitas de cómo será el formato final para 2024.
La propuesta inicial ha recibido críticas de la Real Academia de la Lengua, la Red Española de Filosofía o los coordinadores del examen de Lengua Castellana y Literatura. Porque en su opinión devalúa los contenidos.