Los tres polizones estuvieron durante una travesía de once días en el timón de un buque petrolero que llegó a la capital grancanaria
Los tres ciudadanos nigerianos que llegaron como polizones el lunes a Las Palmas de Gran Canaria han solicitado asilo a las autoridades españolas, por lo que se ha dado permiso al petrolero Alithini II para que abandone el puerto y siga su ruta sin ellos, han informado fuentes de la Delegación del Gobierno.
Hasta esta mañana dos de los polizones seguían a bordo del buque, cuyo capitán era responsable de su custodia hasta este cambio en su situación administrativa, y el tercero permanecía ingresado en el Hospital Universitario Dr. Negrín de Las Palmas, donde se recupera de un cuadro de deshidratación.
Este último ha pedido protección internacional en el Hospital tras recibir la visita de un miembro del secretariado de migraciones de la Diócesis de Canarias, que le ha ofrecido la ayuda de la Iglesia y del colectivo Caminando Fronteras, según ha apuntado una fuente directamente implicada en la visita.
Los otros dos migrantes han pedido asilo a bordo del barco tras una visita realizada por agentes de la Policía Nacional para interesarse por su situación, según han precisado fuentes de las organizaciones que les están prestando asistencia.
Evitar la expulsión de los jóvenes
Desde la llegada de estos tres jóvenes, de entre 20 y 30 años, que viajaron escondidos en un hueco sobre el timón de un buque que había partido del puerto de Lagos once días antes, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Iglesia, la comunidad africana en Canarias o la ONG Caminando Fronteras se habían movilizado para tratar de impedir que fuesen expulsados de Canarias como polizones sin, al menos, valorar sus circunstancias personales.
Al haber llegado de forma clandestina, a estos hombres no se les había tratado legalmente como migrantes hasta ahora, sino como polizones. Este hecho supone un marco jurídico diferente, en el que corresponde al armador del petrolero hacerse cargo de ellos y devolverlos al país de origen.
Sin embargo, como a cualquier otro extranjero que llegue a las fronteras españolas, les asiste el derecho a solicitar asilo o protección, si cumplen con alguna de las condiciones que establecen los diferentes tratados internacionales donde se regula esa figura.
Caminando Fronteras pide paralizar su devolución
La ONG Caminando Fronteras exige al Gobierno español la paralización de la devolución de los tres polizones nigerianos llegados a Las Palmas de Gran Canaria desde Lagos en el timón del buque petrolero Alithini II.
Así se lo ha pedido por escrito a la Subdelegación de Gobierno, responsable de la situación de estas personas. La ONG también se ha dirigido al Defensor del Pueblo para que garantice los derechos de estas personas frente a la Administración.
La ONG ha expresado su preocupación por lo acontecido, «particularmente ante un eventual escenario de repatriaciones con premura». Así, estima que «el hecho de someterse a una travesía de tal riesgo debe ser considerado como un indicio para analizar de manera individualizada las circunstancias personales de los tres» polizones.
Derivarlos a los programas de atención a migrantes
Por ello, ha pedido a a Subdelegación de Gobierno que deriven a estas tres personas a los programas de «atención humanitaria a personas migrantes» para que sean acogidas en alguno de los centros que gestiona la Dirección General de Atención Humanitaria e Inclusión Social de la Inmigración «para que puedan recibir la asistencia necesaria para recuperarse anímicamente y psicológicamente a la vista de la naturaleza de los hechos y la peligrosa travesía que podría haber sido mortal».
Alternativamente, la ONG solicita que se realice un análisis individualizado de las circunstancias personales. El objetivo es identificar situaciones de vulnerabilidad (víctimas de trata, solicitantes de protección internacional, menores de edad, etc.) a las que el Estado español debe brindar protección conforme a la normativa.
Al Defensor del Pueblo le ha pedido que se interese por el derecho de asilo de estas personas, «particularmente en la garantía del Artículo 19 de la Ley de Asilo, que prevé la no devolución de la persona extranjera solicitante de asilo».
«También creemos necesario velar sobre el cumplimiento de las instrucciones conjuntas de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, la Dirección General de Política Interior y la Dirección General de Inmigración sobre el tratamiento de polizones extranjeros», asevera la nota.
Once días de travesía de «riesgo máximo»
Los polizones sobrevivieron a once días de travesía «de riesgo máximo». Viajaban refugiados en el pequeño espacio que queda libre bajo la popa, donde el timón se encaja en el casco. Un hueco que puede inundarse solo con que el buque cabecee entre el oleaje.
«Es un sitio que no está habilitado para albergar a una persona, con unas condiciones ambientales de mar abierto y riesgo de morir por deshidratación, porque caigas al agua por un golpe de mar, por hipotermia…. riesgo máximo. Y el habitáculo se puede inundar, es muy posible, además, que pase eso», ha relatado para Sofía Hernández, la jefa del Centro de Coordinación Salvamento Marítimo de Las Palmas, que dirigió el rescate de estas tres personas.