Se ha documentado por primera vez el beso entre dos orcas salvajes en un registro científico sobre la afiliación entre estos cetáceos en la naturaleza
Por primera vez en la historia se ha documentado el mordisqueo de la la lengua entre dos orcas, un beso que confirma el comportamiento afiliativo de estos cetáceos en la naturaleza. Se trata de un gesto social que hasta ahora solo se había observado en animales bajo cuidado humano.

Un hallazgo científico
La escena la captaron durante una expedición en los fiordos de Kvænangen, al norte de Noruega, cuando dos orcas adultas realizaban una interacción cara a cara que duró cerca de dos minutos. Este tipo de contacto oral está considerado por expertos como una muestra de vínculo social entre individuos, especialmente juveniles. Refuerza la hipótesis de que las orcas comparten complejos patrones sociales tanto en libertad como bajo cuidado humano.
“El hecho de que este comportamiento se haya documentado ahora en la naturaleza, casi 50 años después de su primera descripción en un entorno zoológico, nos permite confirmar que se trata de una expresión natural del repertorio social de la especie”, explica el Doctor Javier Almunia, director de Loro Parque Fundación y coautor del estudio publicado en la revista científica Oceans.
Este trabajo se enmarca dentro del programa de investigación de Loro Parque Fundación sobre la etología de orcas, que combina observaciones en ambientes controlados con expediciones de campo.
Lo grabaron buceadores aficionados
El artículo científico, titulado “A Kiss from the Wild: Tongue Nibbling in Free-Ranging Killer Whales (Orcinus orca)”, presenta la primera documentación de este tipo de interacción en orcas en libertad.
La observación fue registrada gracias a una cámara submarina operada por participantes de una expedición de buceo en Noruega. La secuencia, que puede verse en acceso abierto, muestra a dos orcas manteniendo un contacto frontal prolongado, con movimientos suaves de boca a boca, en una escena que coincide con las observaciones previas en animales bajo cuidado humano.
El estudio no solo compara el comportamiento en libertad y en entornos zoológicos, sino que también subraya la importancia de metodologías subacuáticas para registrar interacciones sociales que no son visibles desde la superficie. Además, destaca el valor de la ciencia ciudadana, ya que las imágenes las obtuvieron buceadores recreativos y posteriormente validadas por investigadores especializados.
El mordisqueo de lengua, según los expertos, podría cumplir funciones similares a las de otras interacciones orales documentadas en cetáceos, como las belugas. Sugiere un mecanismo de cohesión social conservado evolutivamente. La recurrencia del comportamiento en individuos con orígenes genéticos y geográficos distintos respalda su universalidad dentro de la especie.
