Este 31 de marzo se cumplen diecinueve años de aquella borrasca que se cebó sobre la capital tinerfeña, cuando cayeron más de 232 litros por metro cuadrado en 24 horas
Domingo de resurrección de marzo de 2002. Mientras muchos regresaban de sus vacaciones de Semana Santa, una borrasca colosal impactaba sobre Santa Cruz de Tenerife dejando tras de sí un escenario con ocho fallecidos.
Ese día una gota fría se cebó sobre la capital tinerfeña, donde cayeron más de 232 litros por metro cuadrado en apenas 24 horas. Las calles eran auténticos ríos de barro, arrasando con todo lo que se encontraba su paso. El agua subía a tanta velocidad que muchos se quedaron atrapados dentro de sus vehículos
Muchas viviendas quedaron totalmente anegadas y permanecieron varios días sin luz ni agua, sobre todo en barrios como Valleseco, Maria Jiménez, el Suculum o San Andrés. Al menos 70.000 hogares se vieron afectados y las pérdidas se estimaron en unos 90 millones de euros.
31 de marzo de 2002
Lo más trágico fueron los ocho fallecidos que se llevó consigo el temporal. Un saldo desolador que aún perdura en la memoria.
Entre el drama y la destrucción afloró la solidaridad que mostraron miles de canarios que, armados con lo que podían, ayudaron y acogieron a vecinos, amigos y desconocidos.
Este miércoles se cumplen 19 años de uno de los episodios recientes más tristes que ha sufrido Tenerife. Una fecha, la de 31 de marzo de 2002, marcada en el corazón de todos los canarios.