Las próximas movilizaciones contra el retraso en la edad de jubilación de los 62 a los 64 años serán los días 11 y 15 de este mes
Los sindicatos prosiguen en Francia con sus movilizaciones contra la reforma de las pensiones impulsada por el Gobierno de Emmanuel Macron, asumiendo que el aval del Senado a uno de los puntos clave de esta nueva ley, el retraso en la edad de jubilación, «no cambia nada en la determinación» de quienes siguen considerando que se trata de un proyecto injusto.
Así lo ha advertido el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez, en una entrevista a France 2 en la que ha restado importancia al visto bueno de los senadores al artículo 7, que plantea elevar de 62 a 64 años el umbral para que los trabajadores puedan retirarse.
Martinez, de hecho, ha advertido de que el malestar ciudadano aumentará si el Ejecutivo no revisa su propuesta y ha alertado especialmente de las consecuencias que podría tener que el Gobierno intentase acelerar la aprobación del texto en la Asamblea Nacional recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución, utilizado en varias ocasiones para otros proyectos polémicos.
Próximas jornadas de protestas
Los sindicatos han fijado para el sábado 11 de marzo y para el próximo día 15 las próximas dos jornadas de protestas, si bien los paros iniciados a principios de esta semana seguían notándose este jueves en sectores clave como el transporte. La circulación de trenes se ha reducido y, en aeropuertos, la anulación de vuelos oscila entre el 20 y el 30 por ciento, según Franceinfo.
La reforma tampoco gusta a los principales grupos de la oposición, si bien dirigentes como la ultraderechistas Marine Le Pen aún confían en que el proyecto quede bloqueado por la Asamblea Nacional, donde Macron y sus socios no tienen mayoría.
Le Pen ha afeado en France Inter el respaldo de Los Republicanos a la iniciativa del Gobierno: «Son más monárquicos que el rey». En este sentido, la excandidata presidencial de Agrupación Nacional ha señalado que la formación de centro-derecha se ha convertido en «el aliado principal de Macron».