El programa que descubre casas singulares en Canarias visita esta semana dos lugares muy diferentes: un hogar en un rascacielos y otro tradicional canario
La Tele Canaria volverá a sorprender a la audiencia entrando en las casas más especiales del Archipiélago con la emisión de un nuevo episodio de ‘Toc, toc…¿Se puede?‘ este lunes 16 de septiembre a las 22:30 horas.
El programa recibe la invitación para entrar en uno de los rascacielos más simbólicos del archipiélago: la Torre Woermann, en Las Palmas de Gran Canaria. Y en contraposición, visita uno de tantos espacios tradicionales de las islas y que aún conservan, después de una cuidadosa restauración, la esencia de sus antepasados.
Una casa con historia adaptada a la actualidad
Este es el caso de la primera anfitriona. En pleno centro de la capital de Lanzarote, en Arrecife, se sitúa la vivienda de Jezabel, una casa terrera que perteneció a su tatarabuela y que tras una amplia reforma convirtió en la morada de sus sueños, con unos techos altos que dominan todo el hogar y que esconden muchas sorpresas. Sus principales protagonistas son dos grandes patios, uno interior y otro exterior, el primero techado y que la anfitriona transformó en la estancia principal del domicilio, haciendo las veces de comedor. Pero si de algo puede presumir Jezabel es de poder disfrutar de un enorme patio al aire libre y en plena ciudad y disponer allí de la vieja cocina de su abuela, en la que celebra buenos tenderetes.
Esta residencia de más de 300m2 presume de una lograda conexión entre su parte antigua y la nueva, la primera destinada al espacio más social y la segunda a la zona más íntima, en la que destaca un dormitorio con muchos detalles que se revelarán en el programa.
Las diferentes estancias conservan muchos elementos que le recuerdan a sus antepasados, como una pileta que rememora a las antiguas, sillas rehabilitadas y hasta una vieja destiladera de agua. Si de algo está orgullosa la lanzaroteña es de haber recuperado la esencia de una de tantas antiguas casas históricas que pueblan los municipios canarios.
Vivir en un rascacielos
El istmo de Santa Catalina, en el extremo noreste de la isla de Gran Canaria, conecta la parte urbanizada de la capital con la península de La Isleta, separando en una estrecha franja de construcciones la playa de Las Canteras y el Puerto de la Luz. En este lugar se sitúa el rascacielos más reconocido de la isla: la llamada Torre Woermann, un edificio de 2004 que pronto se convirtió en uno de los reclamos arquitectónicos de Las Palmas de Gran Canaria.
Galería de fotos de las casas que visita el programa en este capítulo.
Allí reside Stephen, un canadiense cuyo padre grancanario emigró al continente americano a mitad del pasado siglo XX en aquellos ‘barcos fantasmas’, como hicieron tantos isleños en busca de un futuro mejor.
Décadas después Steve regresó a la ciudad de sus antepasados hasta terminar viviendo en una de los edificios más admirados de toda la isla. Si de algo puede presumir este espacio es de las extraordinarias vistas que tiene, desde donde se puede divisar toda la bahía de la capital y uno se puede sentir como si habitara en un mirador, algo no apto para personas con miedo a las alturas. Mucha de la decoración colorida de su refugio en las alturas fue traída desde Estados Unidos, donde trabajaba como actor, modelo y en un programa de televisión de cocina, pasión a la que se dedica profesionalmente en Gran Canaria y que le ha hecho disponer hasta dos grandes neveras en su hogar.
El remanso de paz de una futbolista profesional
Otra de las casas que aparecerán en la emisión de esta semana es la de la futbolista Patricia, una de las estrellas de la UD Granadilla Tenerife Egatesa, que milita en la Primera División Femenina. La deportista gaditana se trasladó hace ocho años hasta Tenerife para desarrollar su carrera profesional y se hizo con una vivienda en el municipio de Granadilla de Abona.
En el programa conoceremos cómo es una deportista profesional cuando no está compitiendo. La dieta es uno de los caballos de batalla de las futbolistas y para ello tiene la cocina adaptada a su alimentación. Le gusta reformar objetos, en su dormitorio ella misma hizo el cabecero de la cama.
Patricia es una jugadora que ahora puede presumir de vivir del fútbol pero que ha llegado a dormir en lugares inverosímiles en las guaguas de sus desplazamientos nocturnos por la Península, por aquello de los clubes de ahorrar dinero. Ahora no puede cerrar los ojos sin leer algo, y siempre hay un libro en su mesa de noche.