Las obras están consideradas de emergencia para la recuperación de los ecosistemas afectados por el incendio del pasado 15 de agosto en Tenerife
El Cabildo de Tenerife ha iniciado las obras de emergencia para la recuperación de los ecosistemas del Parque Nacional del Teide afectados por el incendio forestal que se inició el 15 de agosto. Los trabajos, que suponen una inversión de un millón de euros y que ha sido habilitada por el Gobierno de Canarias procedente del Ministerio de Transición Ecológica, tienen un plazo de ejecución de seis meses, según informa la Corporación insular.
La consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, explica que “se trata de obras de emergencia y paralelamente a estas actuaciones, tenemos previstas importantes inversiones desde el Cabildo en el Parque Nacional del Teide que permitirán la recuperación del retamar de cumbre en los próximos años. La pasada semana aprobamos la adquisición de nuevas mesas para la reproducción de plantas en vivero y se está trabajando para ampliar el vivero de El Portillo y la instalación de un nuevo vivero de plantas de cumbre en el vivero del Cabildo de Fasnia. Así, en 2024 se procederá a iniciar las repoblaciones con especies de cumbre en las áreas valladas».
Trabajos de regeneración
Los trabajos que se están ejecutando en la actualidad son vallados de regeneración, que constituyen una herramienta fundamental para garantizar la recuperación de espacios de matorral de cumbre como la retama; así como erradicación en el interior de los vallados de herbívoros introducidos para evitar su efecto sobre las futuras plantaciones.
De igual forma, se procederá a la eliminación de pies gruesos de retamas quemadas en zonas próximas a pistas y carreteras con el objeto de reducir el impacto paisajístico y generar discontinuidad en la masa de combustible. También se realizará el ahoyado en el interior de los vallados, de forma que el terreno quede preparado para la futura repoblación con especies de matorral de cumbre, fundamentalmente retama del Teide.
Los trabajos también comprenden la eliminación de los pies de pinos de menos diámetro, dominados y quemados por el incendio y la poda y astillado de restos, con objeto de favorecer la recuperación de pinar y evitar la proliferación de plagas. Además, se ejecutarán fajinadas que facilitan la retención del agua y protegen el suelo de la erosión, utilizando para ello parte de la madera de pinos apeados.