Juan Carlos Unzúe ha sido el protagonista del lanzamiento del chupinazo con el que arrancan los Sanfermines en Pamplona
Coreado al grito de «!Unzué, Unzué, Unzué¡», el gran protagonista del inicio de los Sanfermines 2022, Juan Carlos Unzué, ha brindado con los invitados que se han congregado en la Casa Consistorial para vivir en directo este ansiado momento, tras dos años de suspensión por la pandemia.
Minutos después de protagonizar uno de los grandes momentos de su vida, el lanzamiento del chupinazo con el que han arrancado las fiestas de San Fermín, el exfutbolista, al que se veía «feliz, feliz, feliz», según ha reconocido el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha brindado por las fiestas.
Muy animado y bromeando ha comenzado su breve intervención. «Ya veo que estáis animados, no hace falta que os anime, buena señal», ha dicho. Ha reconocido que todos «teníamos muchísimas ganas de que llegase este momento, no solo por disfrutar de la fiesta, que sí que nos apetecía, sino por la normalidad».
«Vivir es algo que merece la pena»
Y es que, ha remarcado, el hecho de que se haya podido lanzar el chupinazo y se puedan celebrar las fiestas de San Fermín «viene a corroborar que volvemos a la normalidad». «Que la pandemia está quedando atrás, lo que permite vivir de una manera más fácil.
Y vivir, ha remarcado, es algo que «merece la pena» incluso en los momentos difíciles ha sostenido el exfutbolista que padece ELA, una enfermedad que ha tenido muy presente, tanto con la camiseta que llevaba como con el mensaje que ha lanzado para abrir las fiestas.
Y es que en ese momento, en el que todas las miradas estaban fijas en él, sus palabras han sido: «Este chupinazo va dedicado a todas y todos los sanitarios y las personas que nos han ayudado en toda la pandemia y a todos los enfermos con ELA, especialmente a Montxo» y Montxo es Montxo Iriarte, el presidente de la Asociación navarra de esclerosis lateral amiotrófica (ANELA).
Junto a Unzué, ha comparecido el alcalde de Pamplona, quien ha invitado a disfrutar de una fiestas «maravillosas», a las que «echábamos en falta«.