Cada día sale a su ventana a cantar ópera a sus vecinos y durante estas semanas se ha convertido en parte esencial de sus días de confinamiento.
A las siete de la tarde, cuando finalizan los aplausos de agradecimiento a los sanitarios irrumpe una voz que se hace escuchar en todos los rincones de la calle.
Esta vecina del barrio de Alcaravaneras, en Las Palmas de Gran Canaria, ameniza todos los días a las doce y siete de la tarde la jornada de sus vecinos en un intento de ayudar a sobrellevar esta situación.