Los expertos aclaran dudas a los vecinos que residían en las zonas de exclusión y a los que están evacuados por el riesgo para ellos y sus casas
Algunas casas en el entorno cercano al cono principal del volcán en Cumbre Vieja presentan grietas. Grietas que amenazan su habitabilidad futura, si es que siguen resistiendo las duras condiciones del proceso eruptivo.
Así lo trasladó este lunes Marta Moreno, directora del Puesto de Mando Avanzado, en una reunión con vecinos que residían en las zonas de exclusión y evacuación celebrada en Los Llanos de Aridane.
Moreno indicó que el problema para estas casas, que son «más de una», no es la ceniza que se pueda acumular en sus tejados. El problema son las grietas que son apreciables a simple vista.
Abundó en que cuando cese la erupción y un arquitecto visite la zona para ver si la estructura de esas viviendas es segura «probablemente diga que no». «En algún momento habrá que valorar casa a casa si logró resistir y es segura», añadió.
Zonas de exclusión y zonas evacuadas
Durante este encuentro informativo, en el que varios vecinos expresaron sus quejas e inquietudes, el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, explicó la diferencia entre las zonas de exclusión, que es la que se sitúa a 2,5 kilómetros en un radio alrededor del cono volcánico, y las zonas evacuadas por motivos de Protección Civil.
Asimismo, el comandante Burgos, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), aclaró que las tareas de mediciones de gases, que se hacen las 24 horas del día, permiten analizar la presencia de agentes tóxicos en las distintas áreas afectadas por la erupción.
Los datos de estas detecciones diarias se pasan cada día al Puesto de Mando Avanzado para que interprete los resultados con ayuda del Comité Científico, que decide finalmente si se puede o no acceder a estas áreas.
Las bolsas de gases son casi permanentes
Burgos también resaltó que desde hace un mes hay bolsas de gases de manera casi permanente. Gases que están dificultando las tareas y el acceso en las zonas evacuadas, tanto para equipos de emergencia y científicos como vecinos.
Estos deslizaron que las restricciones al acceso se han endurecido justo a raíz del fallecimiento de una persona en la zona del Corazoncillo. De momento es la única víctima mortal durante el proceso eruptivo.
La alcaldesa de Los Llanos de Aridane, Noelia García, terció para recordar que ha habido ocasiones en las que se redujo y luego se amplió la zona de exclusión. Añadió que el peligro de la presencia de gases tóxicos «no es que el aire huela mal… es que corremos el riesgo de morir».
De hecho, reveló que recientemente los trabajadores de la nueva carretera a Puerto Naos fueron evacuados de madrugada porque empezaron a sentirse mareados.