La crisis migratoria también ha impulsado la creación de diversos protocolos para la gestión de los residuos que genera la llegada de cada cayuco
La crisis migratoria en El Hierro ha impulsado la creación de diversos protocolos para generar el menor impacto posible. Entre ellos, el de la gestión de residuos que se genera con cada rescate y, en particular, el reciclaje de la ropa y la destrucción de los cayucos.
Cuando un cayuco toca tierra, lo urgente es atender a las personas que llegan. Pero una vez la emergencia pasa, comienza otra gestión silenciosa: la de los residuos que se generan con la llegada de cada embarcación a la isla.

Muchas prendas de ropa llegan empapadas, incluso con restos de gasolina. Por eso, la primera medida es sustituirlas. Con las embarcaciones, el proceso varía. Si son de madera, se desmontan pieza a pieza; mientras que si son de fibra, su tratamiento difiere.

El objetivo que se trate siempre de gestionar estos residuos con el menor impacto posible. Las embarcaciones se trituran y se almacenan en el puerto para derivarse posteriormente a la Península. Se separan los bidones y motores de las embarcaciones, así como la ropa de las personas migrantes, que se clasifica para su reciclado.