La luz azul que emiten las pantallas de nuestros dispositivos pueden provocar diversos efectos negativos en nuestros ojos, desde miopía hasta episodios epilépticos
El uso prolongado de móviles y dispositivos electrónicos ha aumentado la exposición a la luz azul, lo que puede tener efectos negativos en la salud visual. De media, usamos nuestros dispositivos unas tres horas y media al día, cuando el máximo recomendado está por debajo de las dos horas.
Esta luz, emitida por las pantallas de los dispositivos, puede provocar fatiga ocular, sequedad, visión borrosa e incluso contribuir al desarrollo de problemas más graves como la degeneración macular a largo plazo o desencadenar episodios epilépticos en personas con predisposición genética.
En España, 1 de cada 5 menores ya padece miopía, un aumento sustancial en los últimos años ligado estrechamente al uso prolongado de los móviles. Además, la luz azul interfiere con la producción de melatonina, lo que afecta al sueño.
¿Cómo minimizar los efectos de la luz azul?
Para minimizar estos riesgos, los expertos recomiendan limitar el tiempo de uso de dispositivos, especialmente antes de dormir, y ajustar el brillo de la pantalla para evitar el deslumbramiento. Además, el uso de los filtros de luz azul, disponibles en la gran mayoría de móviles, o de gafas con protección ante la luz azul también pueden ser útil.
