Concepción Acosta Moreno tiene 58 años y es de Las Palmas de Gran Canaria. En el año 2020, en pleno confinamiento, empezó a notar dolores de espalda y pulsaciones raras. Tan solo unos meses después, durante las vacaciones en agosto, se notó un bulto y llamó de manera urgente a la unidad de mama. Su diagnóstico le llegó tras hacerse una punción y biopsia cuando se encontraba en una notaría realizando trámites de su trabajo.
Su tratamiento de quimioterapia empezó en octubre de 2020 y, posteriormente, fue operada para extraerle el tumor y ganglios. Uno de esos ganglios dio positivo en otro tipo de tumor metastásico y muy agresivo que no respondió a la quimioterapia.
Actualmente Conchi sigue un tratamiento experimental de inmunoterapia que le produce bastante cansancio y le altera el ritmo cardiaco. Eso no ha sido excusa para seguir disfrutando a grandes sorbos de la vida. De sus escapadas a Fuerteventura en verano y de los guachinches de Tenerife en invierno. Conchi tiene alguna secuela en la movilidad de un brazo por la operación que la ha obligado a acudir a rehabilitación.
Conchi es vital, adora a su familia, tiene un vínculo especial con sus nietas y tiene en ellos, y fundamentalmente en su marido, a su mayor apoyo. Son una pareja activa, que disfruta de la vida y de las amistades.