Los abusos comenzaron cuando la víctima tenía siete años y se prolongaron hasta que cumplió quince
Un hombre ha sido condenado en Tenerife a 12 años de cárcel por abusos sexuales continuados a la hija menor de su expareja. La Fiscalía solicitó aplicar la ley ‘solo sí es sí’, que prevé penas más severas. Sin embargo, la Sala decidió aplicar las leyes vigentes en el momento de los hechos.
El condenado, de 65 años, tiene numerosos antecedentes penales. Mantuvo una relación con la madre de la niña desde 2007. Juntos convivieron desde 2009 hasta finales de 2019, junto a otros dos niños.
Ocho años de abusos
Los abusos comenzaron cuando la víctima tenía solo siete años. Inicialmente, se trató de tocamientos, pero con el tiempo se convirtieron en relaciones sexuales completas. Estos actos se prolongaron hasta finales de 2021, años después de la ruptura con la madre.
La niña presenta graves desajustes psicológicos. Muestra comportamientos impulsivos, autodestructivos y agresivos. También sufre de depresión, ideas suicidas y problemas de sueño. Los forenses confirmaron que se siente rechazada y aislada socialmente.
Proceso judicial
Tras la denuncia de la madre, el procesado ingresó en prisión provisional. En agosto de 2022, quedó en libertad bajo estrictas condiciones. Se le prohibió acercarse a la joven y debía comparecer en el juzgado cada quince días.
La Sala dio plena credibilidad al relato de la niña. Su testimonio se fortaleció con el de su madre, quien confirmaba que dejaba a los niños al cuidado del hombre. Tras la ruptura, los hijos visitaban su domicilio.
Durante el juicio, se presentaron grabaciones telefónicas donde el hombre no negaba los hechos. Sin embargo, evitaba confirmarlos por miedo a ser descubierto. Además, se analizaron pruebas de ADN que corroboraron los abusos en la cama del procesado.