Según la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, la destrucción de empleo puede afectar a unos 750.000 trabajadores del sector en todo el país
El sector turístico español cerrará 2020 con una caída de actividad estimada en 106.159 millones de euros, lo que supone un descenso del 69,6 % respecto al ejercicio anterior, que en Canarias se prevé que sea del 65,8 %, y retroceder a los niveles de 1995, según la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur.
Su vicepresidente ejecutivo, José Luis Zoreda, ha señalado este miércoles, en una rueda de prensa, que esta nueva revisión de la pérdida prevista para el conjunto de 2020, la tercera que hace Exceltur desde el inicio de la pandemia, supone 7.500 millones de euros más frente a los casi 99.000 millones estimados en agosto.
La caída de actividad turística para el conjunto de 2020 se concentra en Baleares, con un descenso del 82,6 %; Cataluña, con el 74,8 %; la Comunidad de Madrid, con el 72 %; la Comunidad Valenciana, con el 67,2 %; Andalucía, con el 66,2 %, Canarias, con el 65,8 %, y el resto de comunidades autónomas, con el 62,5 %.
Además, las expectativas empresariales de recuperación de la actividad turística a niveles anteriores a la pandemia se han atrasado y, ahora, casi la mitad de los empresarios sitúa su inicio en 2022 y un 43,7 %, incluso en 2023, cuando en junio, un 51,2 % lo veía a mitad de 2021.
750.000 Empleos en juego
Esa larga duración antes de visualizarse la recuperación de los niveles de actividad turística anteriores a la crisis sanitaria y las nuevas y crecientes caídas que aún se prevén a corto, anticipan el inicio de un proceso de destrucción masiva de empleo, que puede afectar a los 750.000 empleos turísticos, ha advertido Zoreda.
De hecho, el empleo turístico sigue siendo el más dañado y el de la más lenta recuperación, con aún 595.000 empleos afectados por la pandemia hasta septiembre (281.000 afiliados menos y 315.000 en expedientes de regulación temporal de empleo, ERTE).
La suma de ambos supone una caída del 28,5 % respecto a septiembre de 2019, muy por encima del resto de la economía española (un 3,6 % menos).
En los meses de verano se produjo un desplome «histórico» de la actividad, con 39.903 millones de euros menos que hace un año, debido a las crecientes restricciones a la movilidad, cuarentenas, cierre de fronteras, pérdida de confianza y el deterioro económico, ha detallado.
El verano se ha visto condicionado por una demanda extranjera inexistente, con caídas superiores al 80 % en número de pernoctaciones y gasto, y una demanda española en niveles un 30 % por debajo de la de 2019, a pesar de la libertad de movimiento.
Perspectiva «dramática»
Según Zoreda, el último trimestre «anticipa una situación límite«, ante los nuevos rebrotes de la pandemia, con caídas de ventas de las empresas turísticas, estimadas de hasta un 77,6 %, 16 puntos de caída adicional a la esperada a mediados de agosto.
Estas «dramáticas» perspectivas para los próximos meses y la muy reducida visibilidad para el primer semestre de 2021 «exigen de la mayor urgencia, concreción de medidas y sobre todo dotación presupuestaria para ayudas directas, como en otros países, para salvaguardar la existencia del mayor número de empresas y negocios viables del sector turístico español», ha apuntado.
A su juicio, la actual situación del sector y su supervivencia a corto requiere de nuevas medidas distintas a las vigentes y «no se resolverá con iniciativas parche de baja dotación e impacto, o generando expectativas prometedoras que no dependen al 100 % de España».
Es urgente, por tanto, el diseño y sobre todo la rápida implementación sin más dilación de un gran plan de rescate y consolidación competitiva de las empresas turísticas viables, que a su vez facilite la salida gradual de las no viables, ha recalcado.