El undécimo mensaje de Navidad del rey Felipe VI comenzaba con un recuerdo a los afectados por la Dana
El rey Felipe VI ha llamado este martes la atención sobre la existencia de una «clamorosa» demanda de serenidad en la sociedad española ante la, a veces, «atronadora» contienda política. Una discordia que, ha advertido, no puede convertirse en un constante ruido de fondo que impida escuchar las verdaderas necesidades de la ciudadanía.
Una llamada de atención que ha supuesto uno de los mensajes destacados del discurso navideño, que ha comenzado y finalizado con emotivas palabras para los afectados por la terrible Dana.
Un emotivo recuerdo a los afectados de la Dana
Precisamente las consecuencias de la dana han sido protagonistas de la única fotografía que se ha visto junto al monarca en la emisión del mensaje televisado. Mensaje que por segunda vez en su reinado no ha sido grabado en la Zarzuela, sino en el Palacio Real.
Los reyes se han desplazado en varias ocasiones a las zonas afectadas para hablar con los afectados y conocer de primera mano los trabajos de reconstrucción que se están llevando a cabo. La última vez, precisamente el pasado domingo, acudieron en una visita privada junto con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
El jefe del Estado se ha dirigido esta noche a la ciudadanía desde el Salón de Columnas, decorado con un árbol de Navidad, un belén. Además de, una imagen de afectados por la dana, militares y voluntarios recogiendo lodo en Paiporta (Valencia).
Décimo aniversario de su proclamación
En su undécimo mensaje navideño, Felipe VI, que este año ha celebrado el 10º aniversario de su proclamación, ha pedido que las ayudas lleguen a todos los afectados por la Dana. Asimismo, ha recordado que en muchos de los pueblos afectados aún queda mucho por hacer. «Donde es tanta la necesidad de los vecinos que deja pequeños todos los esfuerzos, aún sin perder la esperanza«.
El rey ha vuelto a subrayar el acuerdo que inspiró la Constitución. Indicó que el consenso en torno a lo esencial debe ser una práctica constante, necesaria para mantener la confianza en las instituciones.
«Un pacto de convivencia se protege dialogando; ese diálogo, con altura y generosidad, que debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado. Por eso es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad (…). No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía», ha recalcado el jefe del Estado.
El consenso debe orientar la esfera de lo público
Porque para el monarca, «el consenso en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica constante, debe orientar siempre la esfera de lo público. No para evitar la diversidad de opiniones, legítima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido».
Un acuerdo sobre «lo esencial» desde el que se deben abordar los asuntos que preocupan a la sociedad. Como son la creciente inestabilidad internacional, el clima en el que se desarrolla con frecuencia el debate público, las dificultades en el acceso a la vivienda o la gestión de la inmigración.
El Rey Felipe VI incidió en los problemas que sufre la sociedad española
Sobre este último aspecto, la inmigración, incidió en la necesidad de que su tratamiento esté basado en el reconocimiento de la dignidad «que todo ser humano merece». En el esfuerzo de integración y el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia por parte de todos.
También se ha referido a la preocupación por la dificultad para acceder a una vivienda. Algo que afecta sobre todo a los jóvenes, y especialmente en las grandes ciudades.
Una situación ante la que ha dicho que es importante que todos los actores implicados «reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones y que sea ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos».
La juventud, un orgullo para España
Una juventud que ha llenado de orgullo a la sociedad «acudiendo en masa para dar lo mejor de sí» en las calles de los pueblos afectados por la Dana. En la que radica principalmente el futuro de una España de la que ha dicho que es un gran país: «una nación con una historia portentosa, pese a sus capítulos oscuros».
Y, respecto a la situación internacional, ha advertido cómo en un escenario complejo, cambiante «e incluso convulso», a veces se discute la validez de la democracia como sistema de gobierno, un contexto frente al que Europa sigue siendo la «referencia más valiosa».
Finalmente, ha subrayado cómo «con demasiada frecuencia se cuestiona el derecho internacional, se recurre a la violencia, se niega la universalidad de los derechos humanos o se pone en duda el multilateralismo para afrontar los desafíos globales».