El Cabildo de Tenerife planifica cinco desaladoras portátiles para hacer frente a la falta de agua en la agricultura
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, asume que el turismo «tendrá que poner de su parte» y ayudar al sector primario, que ahora es la «prioridad» para la isla
La Junta General del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, órgano adscrito al Cabildo de Tenerife, ha aprobado por unanimidad la declaración de emergencia hídrica. La sesión celebrada este martes 5 en la Corporación insular fue dirigida por la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, que estuvo acompañada por el consejero del Sector Primario, Valentín González. También estaba la consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, Blanca Pérez, entre otros consejeros y representantes de los colectivos que forman parte del Consejo Insular de Aguas de Tenerife.
Empleos directos del sector agrario
Rosa Dávila indica que “hemos aprobado la declaración para forjar una alianza fundamental con el sector primario. El sector agrario proporciona 10.000 empleos directos y necesitamos dar respuesta a la necesidad de agua que tiene. Tenemos veranos muy largos, inviernos secos, la pluviometría ha caído un 83% con respecto al año pasado y había que tomar una decisión difícil y valiente. Hay que abordarla desde la realidad y es que, si queremos salvar el verano y salvar las cosechas, teníamos que tomar esta decisión”.
Instalación de desaladoras
El Cabildo de Tenerife va a instalar cinco depuradoras portátiles en las zonas de Fonsalía (Guía de Isora), Mesa del Mar (Tacoronte), Valle de Güímar, Valle de La Orotava y Granadilla con el fin de afrontar la crisis hídrica que sufre el sector primario.
La presidenta insular, Rosa Dávila, ha detallado que algunas de esas desaladoras llegarán en abril a la isla. Y ha incidido en que la declaración de emergencia permite adelantar mucho los plazos para acelerar su instalación y que empiecen a prestar servicio cuanto antes.
Ha valorado la decisión «valiente y difícil» del Cabildo ante un verano que se presenta «crítico» para el campo, un sector económico del que dependen unos 10.000 empleos directos en la isla y cuyas cosechas hay que «salvar».
En ese sentido ha apuntado que el Consejo de Gobierno de este miércoles se va a aprobar una partida de presupuestaria de 20 millones de euros para afrontar estas inversiones. Entre las que se incluye también una desalinizadora para trasladar el agua ya tratada a las zonas altas y de medianías.
«Lo que no podemos es mirar hacia otro lado y sobre todo después de casi una década en donde se han perdido más de 7.000 hectáreas de cultivos para la agricultura en la isla de Tenerife«, ha señalado.
Una vez valide la Junta el decreto con la declaración de emergencia hídrica se abrirá un plazo de cinco días para presentar alegaciones y, una vez concluya, entrará en vigor, lo que permitirá, entre otras cosas, instalar de forma inmediata las desaladoras –no necesitan requerimientos ambientales–.
Prioridad; dar agua al campo
Dávila ha comentado que en este momento la «prioridad» es «dar agua al campo y garantizar el abastecimiento para el consumo humano en el verano». Y, por ahora, aunque ha valorado la posición «responsable» de dos ayuntamientos de la isla –Fasnia y Arico– para restringir el consumo de agua, no cree necesario extenderlo a toda la isla.
Ha precisado, no obstante, que no se trata de restricciones al consumo humano sino «no estar lavando ni baldeando» con agua potable. Algo que parece «razonable» en función de las reservas de cada municipio.
La presidenta ha avisado también de que «el turismo tendrá que poner de su parte» para aliviar la situación en la isla. Por lo que ha señalado que habrá conversaciones con las empresas del sector que, por ejemplo, tienen desaladoras y «pueden aportar» agua al campo.
«Sabemos que el sector del campo va a estar lo primero y lo que estamos haciendo es ampliando caudal», ha indicado en relación a lo que pueden aportar desde el turismo y la industria.