El consejero de Transportes Sebastián Franquis ha dicho que el ejecutivo espera reconducir el diálogo con los empresarios del sector y paralizar la huelga del próximo lunes
El consejero de Obras Públicas, Transportes y Viviendas del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, espera reconducir el diálogo con los empresarios del transporte por carretera. Ha dicho que «hasta el lunes quedan días», fecha en la que la patronal ha fijado el próximo paro de actividad.
«Imposible cumplir con las demandas de la patronal»
En declaraciones a los periodistas tras una visita a las obras de la escollera del barrio de San Cristóbal, en Las Palmas de Gran Canaria, Franquis ha apuntado que el Gobierno canario «ha defendido los compromisos a los que ha llegado». Ha explicado que los informes realizados por el Ministerio de Transporte señalan que es imposible cumplir con las demandas de la patronal. Sobre todo en relación a la adaptación o retirada del tacógrafo, el aparato que registra la jornada, los kilómetros y los descansos de los trabajadores.
Así, el consejero se ha mostrado «sorprendido» por la decisión de la patronal de convocar la asamblea que ha decidido el paro del próximo lunes. Ha indicado que van a seguir insistiendo en la vía del diálogo y ha recordado que las exigencias respecto al tacógrafo escapan de la competencia autonómica.
El uso del tacógrafo en Canarias
Franquis ha apuntado que el Ministerio de Transportes hace referencia a las limitaciones técnicas para poder adaptar a la realidad canaria el tacógrafo. Ha insistido en que se trata de un elemento que ayudar a mejorar la seguridad vial y cuyos registros «afectan también al cumplimiento de la legislación laboral».
«Es difícil hacer un tacógrafo a la carta», ha resaltado Franquis, que en cualquier caso se ha mostrado abierto a estudiar algunos aspectos del régimen sancionador, como el importe de las sanciones.
En cualquier caso, el consejero ha aclarado que la mayoría de sanciones, alrededor del 46 %, se producen por infracciones de conducción. Y también por incumplimientos de los tiempos de descansos y no por «olvidos» a la hora de introducir las tarjetas en la máquina, como asegura el sector.