El Granca ha sorprendido este miércoles al Valencia Basket desde el perímetro (92-86), en un choque en el que los taronjas terminaron diluyéndose en sus errores ante un equipo que fue de menos a más, apurando así sus opciones de play-off.
En un arranque fulgurante, el Valencia comenzó martilleando con el acierto exterior de Kalinic y Van Rossom (2-8) para después compensar desde la pintura Costello y Diop (11-13) en apenas cuatro minutos.
Sin embargo, los hombres de Jaume Ponsarnau no bajaron el ritmo desde el perímetro, volviendo a estirar el marcador (11-18). Y, cuando parecía que los claretianos conseguían compensar poniendo centímetros con la dupla Costello-Balcerowski en pista, los levantinos elevaron aún más la intensidad desde la línea de 6,75 con la entrada de Prepelic (15-24).
En el segundo cuarto, los isleños echaron mano de Dimsa y Shurna, dos comodines que sabían moverse en la zona a base de bloques y ‘puertas atrás’.
La zona visitante era un coladero, pero en cambio la vanguardia valenciana seguía funcionando como un rodillo (23-35 a 7:10 para el descanso) y el goteo anotador a su favor se antojaba incontrolable.
A partir de ahí, se recrudeció el intercambio de canastas. Los isleños tuvieron que entrar también al trapo en ese particular concurso de triples improvisado. Sin embargo, el acierto casi inmaculado del Valencia se fue resintiendo poco a poco y el Herbalife lo aprovechó, con un 11-0 de parcial, para reducir la diferencia a tres puntos, después de un tiro en suspensión de Javier Beirán desde la línea exterior (44-47).
En la reanudación, Vives insufló oxígeno a los valencianos con el 46-54 en el electrónico, dando una renta balsámica de ocho puntos a los visitantes. Pero, de inmediato, un más que polivalente Matt Costello, que se animaba también con el triple pese a ser pívot, dio la primera ventaja a los canarios (56-55) tras el 2-0 inicial.
Aun así, el Valencia volvió a tomar aire (59-67) antes de abordar un último cuarto a cara de perro. El lituano Tomas Dimsa asumió el rol de francotirador con dos triples seguidos, secundado por un incisivo Shurna, que equilibraba el marcador a siete minutos para la conclusión (69-69).
Las tornas habían cambiado de manera radical. Ahora era el Herbalife al que parecía entrarle todo, mientras que el Valencia se había quedado seco en el perímetro. Con tremendo cortocircuito, Slaughter, Beirán y compañía apretaron el acelerador con un elocuente 22-4 de parcial que forzaba el tiempo muerto de Ponsarnau (81-71).
Las cosas no mejoraron tras la parada táctica. El Herbalife siguió en la misma dinámica, mientras el Valencia se diluía, sin pólvora y sin fortuna, en un aciago cierre que impide de momento blindar la cuarta plaza en una jornada en la que Dubljevic celebra 300 partidos en ACB.