Uruguay decide este domingo su futuro presidente en unas elecciones donde se prevé que se determine un ganador en la segunda vuelta a finales de noviembre
La población uruguaya está este domingo llamada a las urnas para votar en unas elecciones presidenciales en las que el candidato del progresista Frente Amplio, Yamandú Orsi, parte con una amplia ventaja en las encuestas, aunque no le bastaría para conseguir la mayoría de votos necesaria para evitar una segunda vuelta; mientras que el aspirante del oficialista Partido Nacional, Álvaro Delgado, ha visto cómo su popularidad ha ido en picado en los últimos meses.
Orsi es un destacado dirigente del Movimiento de Participación Popular (MPP) —liderado por el histórico expresidente José Mujica e integrado en la coalición Frente Amplio— que ha ejercido como jefe de Gobierno de la gobernación de Canelones desde 2015 a 2024. Su candidata a vicepresidenta es Carolina Cosse, intendenta de Montevideo entre 2020 y julio de 2024 y previamente ministra de Industria, Energía y Minería bajo el mandato de Tabaré Vázquez.
El Frente Amplio obtendría, según las encuestas, cerca de un 45 por ciento de los votos, una distancia de casi 20 puntos respecto al Partido Nacional, pero que no le serviría para hacerse con la victoria en primera vuelta, por lo que los uruguayos deberían volver a acudir a las urnas el 24 de noviembre.
Álvaro Delgado, nuevo candidato del Partido Nacional
En el bando contrario, el Partido Nacional —también conocido como Partido Blanco— se enfrenta a la obligación de cambiar de candidato después de cinco años de mandato de Luis Lacalle Pou debido a que la Constitución prohíbe la reelección directa de presidentes, aunque no así en el caso de los vicepresidentes.
El Partido Nacional ha escogido al actual secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, como su candidato, acompañado de Valeria Ripoll, figura televisiva anteriormente relacionada al sector sindical. La precampaña ha estado salpicada por la polémica en torno al exlíder ‘blanco’ Pablo Iturralde, quien tuvo que dimitir tras conocerse unas supuestas presiones a fiscales en torno a un caso de corrupción de un senador.