Se busca encarrilar una salida política al conflicto que se vive en esta comunidad
ERC y la CUP han acordado dar un margen de tiempo a la mesa de negociación con el Estado para encarrilar una salida política al conflicto catalán y decidir, en la primera mitad de 2023, si vale la pena mantener el diálogo o es momento de lanzar un «nuevo embate democrático por la autodeterminación».
Así lo recoge el preacuerdo entre ERC y la CUP para garantizar este viernes la investidura de Pere Aragonès como presidente de la Generalitat. Un documento que plantea la creación de una «mesa de dirección estratégica» del independentismo. Esta mesa es lañ
encargada de «preparar las condiciones para el nuevo embate democrático» con el Estado.
El preacuerdo, que aún debe ser ratificado por las asambleas de la CUP mañana miércoles, incluye compromisos programáticos para dar un giro a la izquierda en políticas sociales y económicas, como una «renta básica universal», un «rescate social», medidas sobre vivienda y salud y un cambio en el modelo policial catalán.
Compromisos
La CUP se compromete a «facilitar la gobernanza» y garantizar la «estabilidad presupuestaria» si se cumplen los puntos acordados, mientras que Aragonès, si es investido president, se someterá a una cuestión de confianza «antes de acabar la primera mitad de 2023».
Los 9 votos de la CUP, sumados a los 33 de ERC, son necesarios pero no suficientes para investir a Aragonès, que debe conseguir en las próximas 48 horas atar también el apoyo de los 32 diputados de JxCat de cara al debate de investidura que convocará la presidenta del Parlament, Laura Borràs, para este viernes.