El municipio grancanario de Santa María de Guía vivió este jueves una jornada memorable, marcada por la devoción y el entusiasmo popular en el día principal de sus fiestas patronales en honor a la Virgen
El municipio grancanario de Santa María de Guía vivió este jueves una jornada memorable, marcada por la devoción y el entusiasmo popular en el día principal de sus fiestas patronales en honor a la Virgen. Desde tempranas horas de la mañana, el ambiente en el municipio se llenó de un fervor especial, palpable en cada rincón, en cada calle, en cada rostro que se dirigía hacia la Iglesia de Santa María de Guía.
A las diez de la mañana, las puertas del templo se abrieron para recibir a los fieles que, como cada año, acudieron en peregrinación a la tradicional Misa de Peregrinos. El silencio y la solemnidad acompañaron cada uno de los momentos de la ceremonia, preparándolos para lo que sería el acto central del día: la Solemne Función Religiosa en honor a la Santísima Virgen. Ofició la misa el sacerdote diocesano Manuel Ramírez Medina, conocido como «Manolín», quien regresó a su tierra natal desde Mozambique, donde ejerce su misión pastoral.
Recorrido Procesional de la Sagrada Imagen de la Virgen
Finalizada la ceremonia religiosa, las campanas de la iglesia repicaron con fuerza anunciando el inicio del Recorrido Procesional de la Sagrada Imagen de la Virgen. La procesión, encabezada por el alcalde Pedro Rodríguez, estuvo acompañada por una nutrida representación de autoridades civiles, militares y religiosas de la isla, así como de los vecinos que llenaban las calles del casco histórico, en un emotivo tributo a la patrona de Guía. El solemne caminar de la imagen, adornada con flores y cirios, fue seguido con devoción por los asistentes, que no dejaron de entonar cánticos y rezos durante todo el recorrido.
Con el paso de las horas, la solemnidad dio paso a la alegría y al colorido, característicos de las celebraciones populares. A las 18:30 horas, la Plaza Grande y las calles adyacentes se llenaron de vida con la tradicional carrera de cintas, donde jóvenes y adultos compitieron en un ambiente festivo. A medida que se acercaba la noche, la expectación crecía para uno de los momentos más esperados: la Batalla de Flores. Posteriormente, a las 19:30 horas, las calles principales del casco histórico se transformaron en un escenario de diversión y bullicio. El confeti voló por los aires, cubriendo de colores a grandes y pequeños, en una verdadera guerra de alegría que dejó a todos con una sonrisa en el rostro.