Los líderes de la OTAN han reiterado la condena de la ofensiva rusa contra Ucrania, cuando se cumple un mes de la invasión. Han avisado de que el uso de armas químicas en Ucrania por parte de Rusia tendrá «grandes consecuencias».
En un mensaje prácticamente al unísono antes de comenzar la cumbre extraordinaria en la que Norteamérica y Europa estudiarán próximos pasos ante la invasión rusa, los líderes aliados han respondido a los temores sobre el uso de armas químicas. Han advertido de que sería traspasar otra línea roja, con la que Moscú pagaría un alto precio.
A su llegada a la reunión, el primer ministro belga, Alexander De Croo, ha criticado el «total desprecio» de Putin por la ley internacional. Ha asegurado que esta alcanzando un «alto nivel de atrocidad» en la ofensiva contra el país vecino. «Sobre disuasión somos claros, si se usan armas químicas habrá grandes consecuencias», ha apuntado.
«Tenemos que dejar claro que esto es inaceptable y que tendrá grandes consecuencias», ha coincidido el ‘premier’ noruego, Jonas Gahr Store. Ha admitido que existe preocupación en el seno de la alianza por el uso de este tipo de armas en el conflicto de Ucrania.
Dicen que la amenaza de Putin es «al mundo entero»
Un mensaje similar ha trasladado el presidente lituano, Gitanas Nauseda, al señalar que la OTAN debe asegurarse de que Rusia entiende el «alto precio» de usar armas químicas. Al igual que la primera ministra estonia, Kaja Kallas, que ha pedido «doblar los esfuerzos» en el seno de la OTAN para garantizar que Putin «no gana la guerra». El presidente letón, Egils Levits, ha subrayado que «en última instancia, Rusia debe fracasar».
Además, Nauseda ha insistido en que la amenaza rusa no se circunscribe solo a los países vecinos, como Polonia o los bálticos y que otros socios más alejados de Rusia «tampoco están seguros» porque la amenaza de Putin es «al mundo entero».
Más escéptico con el empleo de armas químicas se ha mostrado el primer ministro esloveno, Janez Jansa. Ha declarado que para Rusia «sería pegarse un tiro en el pie». A su juicio, Kiev necesita «armas modernas, dinero para sobrevivir y ayuda humanitaria».
Piden que se pare la guerra
Por su lado, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha reiterado que la OTAN no es una mera «alianza geográfica». Se basa en unos valores y principios, por lo que luchara para defender a Ucrania de la «inaceptable» invasión rusa.
Mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exigido al presidente ruso «parar la guerra, frenar la invasión, retirar las tropas y volver a las fronteras reconocidas internacionalmente» de Rusia.
La cumbre extraordinaria de líderes de la OTAN servirá para que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aborde con los socios europeos la evolución de la guerra en Ucrania. Se espera que los mandatarios discutan que más apoyo militar, financiero y humanitario pueden ofrecer a Kiev ante la invasión rusa. Sobre la mesa no está la opción de mandar tropas al terreno ni de aplicar una zona de exclusión aérea.